Una vez amé,
Pensé que podría ser amado,
Pero no fui amado.
No fui amado por la única razón que importa -
No podía ser.
Me desabotoné los guantes blancos y me los saqué.
Dejé de lado mi bastón con empuñadura de oro.
Levanté esta pluma...
Y pensé cuántos otros hombres
Habían olido la rosa en el florero
Y alzaron una pluma fuente,
Y alzaron una montaña...
Y pusieron la escopeta en su boca,
Y observaron que su perro de caza señalaba la presa.
Frederick Seidel
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