tag:blogger.com,1999:blog-8503307416206233832024-03-13T07:44:34.636-07:00inquietaycuriosamariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.comBlogger2131125tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-23259334963171301352014-07-24T04:53:00.003-07:002014-07-24T04:53:51.442-07:00Emile Nolde <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl76TIUaCCyUU7A05bk-sGfNkr3e82Asd-P40ai88Jj8Mj4B40KYvbungDy_X3jEG2uiFoZidFZ3HV5GUOP6-HcyaD48rzb6t_radw_-POm9gdP1B5C-tgyjphPdNuEIhwWAD0PN1Nk3Y/s1600/nolde.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl76TIUaCCyUU7A05bk-sGfNkr3e82Asd-P40ai88Jj8Mj4B40KYvbungDy_X3jEG2uiFoZidFZ3HV5GUOP6-HcyaD48rzb6t_radw_-POm9gdP1B5C-tgyjphPdNuEIhwWAD0PN1Nk3Y/s1600/nolde.jpg" height="348" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXjq13hhx_wlNBIhXXiLYxUuLiFteH5HqfcG6X_zsTQfmK87v3eBkozLzQnyXkTH69kosiVAjUe1ztHvKNBL95Hv6VXt_9jPEt0jf15HQFEyxnNxtOGI1wQAA-Pq9PFY1bxJ-bnuwUuBI/s1600/nolde+cielto+lindo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXjq13hhx_wlNBIhXXiLYxUuLiFteH5HqfcG6X_zsTQfmK87v3eBkozLzQnyXkTH69kosiVAjUe1ztHvKNBL95Hv6VXt_9jPEt0jf15HQFEyxnNxtOGI1wQAA-Pq9PFY1bxJ-bnuwUuBI/s1600/nolde+cielto+lindo.jpg" height="283" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk__yEJniDfHogMmzTnYHg6EW1c3P4x9OCh1JY1EJL8d5YaQiCU-DYT5AmqlVLTT4SOjtg147qgY8_Ve__vLcYHVErtQckYyzZmSWTFk7k6sQgTiae33QbuyKQwZSIb_dCBTQjb0Mp7C4/s1600/nolde+monta%C3%B1as.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk__yEJniDfHogMmzTnYHg6EW1c3P4x9OCh1JY1EJL8d5YaQiCU-DYT5AmqlVLTT4SOjtg147qgY8_Ve__vLcYHVErtQckYyzZmSWTFk7k6sQgTiae33QbuyKQwZSIb_dCBTQjb0Mp7C4/s1600/nolde+monta%C3%B1as.jpg" height="288" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ-4aXW12J60ocU-7dZIeNQuJWsQ_j7Xnym3ll3tT_T8AX7MZ-qMqTW_I13I-FEVhD03HycWgY_rNV9beN9bJ9ogSSo2aJ3UjxupzRAy51vaz5p93bTfogNn1bIEXwpdOtQOC00rhWMGc/s1600/nolde+noche.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ-4aXW12J60ocU-7dZIeNQuJWsQ_j7Xnym3ll3tT_T8AX7MZ-qMqTW_I13I-FEVhD03HycWgY_rNV9beN9bJ9ogSSo2aJ3UjxupzRAy51vaz5p93bTfogNn1bIEXwpdOtQOC00rhWMGc/s1600/nolde+noche.jpeg" height="310" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTleELZsyq_vQaTAP_i9g-XsTwHmJKoiGAo7VHjh0jkLZET3PDCauDlQS6paZitWJOQY9w4pWkXDgyuVCgzqO6hBS1GsmYXa2IlhyphenhyphenrJWAZC8L7BryDobH6Mi4s4SpuQAJ6ANPyvFM-Pu4/s1600/nolde+paisaje.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTleELZsyq_vQaTAP_i9g-XsTwHmJKoiGAo7VHjh0jkLZET3PDCauDlQS6paZitWJOQY9w4pWkXDgyuVCgzqO6hBS1GsmYXa2IlhyphenhyphenrJWAZC8L7BryDobH6Mi4s4SpuQAJ6ANPyvFM-Pu4/s1600/nolde+paisaje.jpg" height="330" width="400" /></a></div>
<br /></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-5715254436348374072014-03-18T13:13:00.000-07:002015-08-19T09:21:42.457-07:00Juan Pablo Monzon, 7.18 Plaza Once<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<a href="https://scontent-b-mia.xx.fbcdn.net/hphotos-ash4/t1.0-9/p526x296/1392052_10203192648314409_1170432404_n.jpg" imageanchor="1"><img alt="Foto: 07:18 Plaza Once.
Lleva casi dos horas arriba del colectivo, antes de salir de su casa plancho los delantales de sus hijos, los acomodo en el respaldo de una silla, corto en rodajas el pan duro, puso los saquitos de mate cocido en las tazas, y coloco, en forma de sorpresa, una manzana en cada una de las mochilas, para que en el recreo sus niños la recuerden con una sonrisa.
Juana es boliviana, llego al pais hace 15 años escapando de la malaria de su tierra y de la pesada mano de su esposo. Trabajo en casas de familias buscando el peso; esquivo las ofensas de la gente que la miro con desprecio, padeció el manoseo policial que sufren los indocumentados, lloro por los que se quedaron, soño con los que partieron, y rezo por los que la socorrieron.
Todas las mañanas la veo ahí, casi dormida en el segundo asiento del colectivo, por sus muecas me la imagino soñando con los colores de sus tierra, con ese cielo abierto, con la huerta de sus padres, con los amores de otoño,con el olor que emana la tierra cuando es bendecida por la lluvia, con la niña que supo ser corriendo por las plantaciones de papas deseando ser sencillamente libre.
Ella abre los ojos sistemáticamente tres paradas antes, como si un reloj biológico y urbano la despertara, saca de su bolsa de mano un estampita con alguna virgen que desconozco, el dorso esta adornado con la bandera Boliviana y con la Argentina, las besa, se arregla el pelo, toca timbre y se va, como todas las mañanas, a ganarse la dignidad.
Historias mínimas de mi ciudad.
(No existe ningún tipo de relación entre las personas en las fotografías y los personajes ficticios de los relatos.)" border="0" class="scaledImageFitWidth img" height="378" src="https://scontent-b-mia.xx.fbcdn.net/hphotos-ash4/t1.0-9/p526x296/1392052_10203192648314409_1170432404_n.jpg" style="top: 0px;" width="504" /></a><span class="userContent"> </span><br />
<br />
<span class="userContent">07:18 Plaza Once.<br /> Lleva casi dos horas
arriba del colectivo, antes de salir de su casa plancho los delantales
de sus hijos, los acomodo en el respaldo de una silla, corto en rodajas
el pan duro, puso los saquitos de mate cocido en las tazas<span class="text_exposed_show">,
y coloco, en forma de sorpresa, una manzana en cada una de las
mochilas, para que en el recreo sus niños la recuerden con una sonrisa.<br />
Juana es boliviana, llego al pais hace 15 años escapando de la malaria
de su tierra y de la pesada mano de su esposo. Trabajo en casas de
familias buscando el peso; esquivo las ofensas de la gente que la miro
con desprecio, padeció el manoseo policial que sufren los
indocumentados, lloro por los que se quedaron, soño con los que
partieron, y rezo por los que la socorrieron. <br /> Todas las mañanas la
veo ahí, casi dormida en el segundo asiento del colectivo, por sus
muecas me la imagino soñando con los colores de sus tierra, con ese
cielo abierto, con la huerta de sus padres, con los amores de otoño,con
el olor que emana la tierra cuando es bendecida por la lluvia, con la
niña que supo ser corriendo por las plantaciones de papas deseando ser
sencillamente libre. <br /> Ella abre los ojos sistemáticamente tres
paradas antes, como si un reloj biológico y urbano la despertara, saca
de su bolsa de mano un estampita con alguna virgen que desconozco, el
dorso esta adornado con la bandera Boliviana y con la Argentina, las
besa, se arregla el pelo, toca timbre y se va, como todas las mañanas, a
ganarse la dignidad.<br /> <br /> Historias mínimas de mi ciudad.<br /> <br /> (No existe ningún tipo de relación entre las personas en las fotografías y los personajes ficticios de los relatos.)</span></span><br />
<br />
<span class="userContent"><span class="text_exposed_show">foto Juan Pablo Monzòn </span></span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-37261537872569102232014-03-18T03:02:00.001-07:002014-03-18T03:02:43.153-07:00Hugo Vera Miranda. cerrar las piernas y rezar <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Es
joven de barbita. Simpático. Inteligente. Gracioso. Una mierda de tipo.
Es sociólogo o </span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjz4DmCBVlIE9OK7BMEvkYSa-t9dLAwySjEbo3NwrolS2MeSP0DrgQ1CUyaTEBb8fvQr1CbNSWJYg1THRV-Rcu93KOjUaAomy3b4mo_VCE9-UublQzCiQOc60MUU2ft0dQV2Y66gjGrDV0/s1600/hombre-guapos-cuidato-ojos-3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjz4DmCBVlIE9OK7BMEvkYSa-t9dLAwySjEbo3NwrolS2MeSP0DrgQ1CUyaTEBb8fvQr1CbNSWJYg1THRV-Rcu93KOjUaAomy3b4mo_VCE9-UublQzCiQOc60MUU2ft0dQV2Y66gjGrDV0/s1600/hombre-guapos-cuidato-ojos-3.jpg" height="252" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-size: small;">algo así. Uno más entre los millones que pueblan el
planeta. Se dedica a levantar minas. Mujeres. No sé si me explico. Las
encanta con una sonrisa casi perfecta. Con citas de dos o tres autores
que ya nadie lee. Las encanta contándoles su viaje a Machu Picchu. Su
viaje con hongos alucinógenos por Iztapalapa. Su encuentro con Castaneda
y Jodorowsky. Su afición por la psicodelia y la contracultura. Su
viaje, su viaje, su viaje. Y aquello sería todo. Las chicas caen
rendidas a su encanto. A su pobre encanto de mierda. Pero no todo es
malo en él. Folla de maravilla el pinche cabrón. Luego se marcha. Huye.
Dejando un nuevo ser en el planeta. Se va de rositas sin pagar pensión
alimenticia. Se va a otro lugar. A otra capital. Puede que a Madrid o
Amsterdam. Se va. Se va a otras chicas. No hay antídoto para alguien
así. Un joven de barbita tan encantador que es sociólogo o algo así.
Sólo cerrar las piernas y rezar. </span><br />
<br />
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Hugo Vera Miranda. <a href="http://inmaculadadecepcion.blogspot.com.ar/" target="_blank">http://inmaculadadecepcion.blogspot.com.ar/</a></span></span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-22240169732440230992014-03-18T02:59:00.002-07:002014-03-18T02:59:15.102-07:00Cristina Peri Rossi, No quisiera que lloviera <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTUQjsOdAhPVnn2rLEoonGOj-_PBQVhHKtDZx0iUmUVNn1GvxfHtJKWCBkjXnysefqXRmuj3vTt1UptC4ulZ15RFYWx5Bpro1sfEmHCVCwXDTHHThlfx_O-L62S5n229E4aUWLjgKASBI/s1600/jacques-henri-lartigue-florette-1944.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTUQjsOdAhPVnn2rLEoonGOj-_PBQVhHKtDZx0iUmUVNn1GvxfHtJKWCBkjXnysefqXRmuj3vTt1UptC4ulZ15RFYWx5Bpro1sfEmHCVCwXDTHHThlfx_O-L62S5n229E4aUWLjgKASBI/s1600/jacques-henri-lartigue-florette-1944.jpg" height="320" width="307" /></a><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">No quisiera que lloviera<br /> te lo juro<br /> que lloviera en esta ciudad<br /> sin ti<span class="text_exposed_show"><br /> y escuchar los ruidos del agua<br /> al bajar<br /> y pensar que allí donde estás viviendo<br /> sin mí<br /> llueve sobre la misma ciudad.<br /> Quizá tengas el cabello mojado<br /> el teléfono a mano<br /> que no usas<br /> para llamarme<br /> para decirme<br /> esta noche te amo<br /> me inundan los recuerdos de ti<br /> discúlpame,<br /> la literatura me mató<br /> pero te le parecías tanto.<br /> <br />Cristina Peri Rossi-</span></span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-55125969748160516112014-03-16T13:23:00.000-07:002014-03-18T02:55:53.629-07:00Cesar Vallejo, los heraldos negros <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="color: white;"><span style="font-family: Georgia; font-size: x-small;"><span style="font-family: Georgia; font-size: small;"><span style="font-variant: small-caps;">Hay golpes en</span> la vida, tan
fuertes... Yo no sé.</span></span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: white;"><span style="font-family: Georgia; font-size: x-small;"><span style="font-family: Georgia; font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimyyf3x1bOXlvMRUYsqMu5p7wLvWfGmkW8JOsjbAweBmyjyeXHAmZVigHx2nRrGLUrhd9G1NDTcJSzhhhnJVHRWDBPcmZVvRaOtF6yJg2WpppWaVcxqRYqMef_cyvIqiwcoCE7BI6bT-I/s1600/heraldo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimyyf3x1bOXlvMRUYsqMu5p7wLvWfGmkW8JOsjbAweBmyjyeXHAmZVigHx2nRrGLUrhd9G1NDTcJSzhhhnJVHRWDBPcmZVvRaOtF6yJg2WpppWaVcxqRYqMef_cyvIqiwcoCE7BI6bT-I/s1600/heraldo.jpg" height="298" width="400" /></a></span></span></span></div>
<span style="color: white;"><span style="font-family: Georgia; font-size: x-small;"><span style="font-family: Georgia; font-size: small;"><br />
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,<br />
la resaca de todo lo sufrido<br />
se empozara en el alma... Yo no sé.<br />
<br />
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras<br />
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.<br />
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;<br />
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.<br />
<br />
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,<br />
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.<br />
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones<br />
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.<br />
<br />
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como<br />
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;<br />
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido<br />
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.<br />
<br />
Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!</span></span></span><br />
<span style="color: white;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia; font-size: x-small;"><span style="color: white;"><span style="font-family: Georgia; font-size: small;">Cesar Vallejo </span></span><br />
</span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-52853606529998691962014-03-12T08:06:00.003-07:002014-03-12T08:06:55.203-07:00Pink floyd ( un pequeño libro negro...) <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/JZkERB6dU_Y" width="420"></iframe>)<br />
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Tengo un pequeño libro negro<br />
con mis poemas escritos<br />
Tengo una bolsa con un cepillo de dientes<br />
y un peine dentro<br />
Cuando soy un buen perro, algunas veces,<br />
me echan un hueso dentro<br />
Tengo gomas elásticas<br />
sujetándome los zapatos<br />
Tengo tristeza por esas manos hinchadas<br />
Tengo trece canales de mierda<br />
para escoger en el televisor<br />
Tengo luz eléctrica<br />
Y tengo una segunda visión<br />
Tengo sorprendentes poderes de observaciòn</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Y así es cómo sé<br />
cuando trato de contactar<br />
contigo por teléfono<br />
Que no habrá nadie en casa.<br />
Tengo la obligación permanente de Hendrix<br />
Y el inevitable ojo de aguja arde<br />
Delante de mi camisa de satén favorita<br />
Tengo manchas de nicotina en mis dedos<br />
Tengo una cuchara de plata en una cadena<br />
Tengo un soberbio piano para<br />
colocar mis restos mortales</span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><br />
Tengo salvajes ojos penetrantes<br />
Tengo un fuerte deseo de volar<br />
Pero no tengo a dónde volar<br />
Ooooh pequeña, cuando cojo el teléfono<br />
Sigue sin haber nadie en casa<br />
Tengo un par de botas Gohills<br />
Y tengo mis raices marchitas.</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Pink Floyd </span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-19915863660929635012014-03-12T08:00:00.001-07:002014-03-12T08:01:54.105-07:00Hugo Vera Miranda, en tu honor quemo cascaritas de naranjas <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMWfYVzCh9ZpueDujY6C7uppTqGWY9G-Wp3mJCsqjVkWKm4yEPTYCAuDxIZx_m7wsb45rke3XbAQslhpuLTEYjeAN8bZkZSW3ADh2lYyPGPuLE9fNgoNt2j9wqk0FGwvT64pH9sIIws-s/s1600/17794132-una-serie-de-relojes-de-medio-enterrados-antiguos-dispersos-en-un-paisaje-desierto-de-arena-bajo-un-.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">En tu honor quemo cascaritas de naranjas</span><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMWfYVzCh9ZpueDujY6C7uppTqGWY9G-Wp3mJCsqjVkWKm4yEPTYCAuDxIZx_m7wsb45rke3XbAQslhpuLTEYjeAN8bZkZSW3ADh2lYyPGPuLE9fNgoNt2j9wqk0FGwvT64pH9sIIws-s/s1600/17794132-una-serie-de-relojes-de-medio-enterrados-antiguos-dispersos-en-un-paisaje-desierto-de-arena-bajo-un-.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMWfYVzCh9ZpueDujY6C7uppTqGWY9G-Wp3mJCsqjVkWKm4yEPTYCAuDxIZx_m7wsb45rke3XbAQslhpuLTEYjeAN8bZkZSW3ADh2lYyPGPuLE9fNgoNt2j9wqk0FGwvT64pH9sIIws-s/s1600/17794132-una-serie-de-relojes-de-medio-enterrados-antiguos-dispersos-en-un-paisaje-desierto-de-arena-bajo-un-.jpg" height="236" width="400" /></a><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><br />
¿Has encontrado al poeta que buscabas entre la lluvia</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
disfrazada de gotas para que los ángeles no te reconocieran?<br />
<br />
¿Cerraste los ojos frente al mar para tocar la cara fría<br />
de
los náufragos que un día supiste amar allá en Arcadia?<br />
<br />
¿Incineraste misivas de amor para condenar al viento a la<br />
insoportable incapacidad de esparcir tantos cadáveres?<br />
<br />
¿Hiciste silencio ante la verdad que dejaba entrever tu<br />
propia noche de luciérnagas incautas, atrapadas por la<br />
malla inexorable de la constelación austral?<br />
<br />
¿Apretaste la arena con tus manos frente al alba<br />
preguntándote dónde se iban aquellas barcas hinchadas<br />
de sirenas y marineros enloquecidamente errantes?<br />
<br />
¿Buscaste en pleno corazón de los bosques -hervidero de<br />
plumas y sinfonías al sol- el paso del cometa que te llevara<br />
a la vida y nuevamente te devolviera el aliento?<br />
<br />
¡Tanta solemnidad toda para ella tanta!<br />
<br />
En tu honor quemo cascaritas de naranjas cuando el<br />
crepúsculo es favorable: tomo vino cual monje irreverente<br />
y pienso en Rimbaud maldiciendo los revólveres definitivos.<br />
<br />
En tu honor... si es que de tanto vivir nos queda algo<br />
te escribo este poema que lleva la marca de la bestia<br />
y en tu honor el de haber sido escrito en tiempo de nunca<br />
en situación de haber enterrado los relojes.</span><br />
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"> Hugo Vera Miranda,<a href="http://inmaculadadecepcion.blogspot.com.ar/" target="_blank">http://inmaculadadecepcion.blogspot.com.ar</a></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">foto : Allan Swart </span><br />
<span itemprop="brand">
</span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-34825064314230145552014-03-12T07:34:00.003-07:002014-03-12T07:42:53.362-07:00Joe Fraizer <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"> </span></span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjADwHtff1kA9AVIIpBNk3r8Qru0x20YSKNqBYLiHtvsE6aIO5HC8zbGWvwlZ-VdD4SJ70RYcg1njj8yZFopQq1R68oZj_Pb9Sp5SZfWI5-yCdiQsw2ztX0WmeEV-SGHQypyz7E6WUssUE/s1600/frazier-pic.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjADwHtff1kA9AVIIpBNk3r8Qru0x20YSKNqBYLiHtvsE6aIO5HC8zbGWvwlZ-VdD4SJ70RYcg1njj8yZFopQq1R68oZj_Pb9Sp5SZfWI5-yCdiQsw2ztX0WmeEV-SGHQypyz7E6WUssUE/s1600/frazier-pic.jpg" height="179" width="320" /></a>No quiero dejar Knock out a mi adversario,<br />quiero pegarle,<br />retroceder, <br />y comprobar lo que duele.<br />Su corazòn es lo que busco </span><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"></span></span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;">Joe Fraizer </span><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"><br /></span></span></span><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"><br /></span><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"><br /></span><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"><br /></span><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"> </span><span class="post-content" style="display: block; overflow: hidden; width: 660px;"><br /></span></span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-6389041927801072062014-03-09T16:36:00.001-07:002014-03-12T08:09:22.137-07:00Caetano Veloso, Marìa Gadu Shimbalaiê,<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<h2 class="title-h2" style="height: 26px;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-weight: normal;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/MOdEUtJ9GBc" width="560"></iframe></span></span></h2>
<br /></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-19848958189127141222014-03-09T16:25:00.001-07:002014-03-12T08:12:19.152-07:00Piazzola -Ferrer, Libertango <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8bsFYMwqi6N5d8cQo7dWz7oq5Co-2RxJ17pL6CWbnfsVpOcwtZQNyoe2iVzRuibheAPIZwZIP-at4qa647_Lj0tzBYPXSLCjlxZdq_llvzuP8OOTR8I-ulPl5vrptPKfYykCK9OruktM/s1600/kandinsky%2525204.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="texto" id="ctl00_Main_lbl_Letra"> </span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="texto" id="ctl00_Main_lbl_Letra">Mi libertad me ama y todo el ser le entrego.<br />Mi libertad destranca la cárcel de mis huesos.</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="texto" id="ctl00_Main_lbl_Letra"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8bsFYMwqi6N5d8cQo7dWz7oq5Co-2RxJ17pL6CWbnfsVpOcwtZQNyoe2iVzRuibheAPIZwZIP-at4qa647_Lj0tzBYPXSLCjlxZdq_llvzuP8OOTR8I-ulPl5vrptPKfYykCK9OruktM/s1600/kandinsky%2525204.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8bsFYMwqi6N5d8cQo7dWz7oq5Co-2RxJ17pL6CWbnfsVpOcwtZQNyoe2iVzRuibheAPIZwZIP-at4qa647_Lj0tzBYPXSLCjlxZdq_llvzuP8OOTR8I-ulPl5vrptPKfYykCK9OruktM/s1600/kandinsky%2525204.jpg" height="252" width="400" /></a>Mi libertad se ofende si soy feliz con miedo.<br />Mi libertad desnuda me hace el amor perfecto.<br /><br />Mi libertad me insiste con lo que no me atrevo.<br />Mi libertad me quiere con lo que llevo puesto.<br />Mi libertad me absuelve si alguna vez la pierdo<br />por cosas de la vida que a comprender no acierto.<br /><br />Mi libertad no cuenta los años que yo tengo,<br />pastora inclaudicable de mis eternos sueños.<br />Mi libertad me deja y soy un pobre espectro,<br />mi libertad me llama y en trajes de alas vuelvo.<br /><br />Mi libertad comprende que yo me sienta preso<br />de los errores míos sin arrepentimiento.<br />Mi libertad quisieran el astro sin asueto<br />y el átomo cautivo, ser libre ¡qué misterio!<br /><br />Ser libre. Ya en su vientre mi madre me decía<br />“ser libre no se compra ni es dádiva o favor”.<br />Yo vivo del hermoso secreto de esta orgía:<br />si polvo fui y al polvo iré, soy polvo de alegría<br />y en leche de alma preño mi libertad en flor.<br /><br />De niño la adoré, deseándola crecí,<br />mi libertad, mujer de tiempo y luz,<br />la quiero hasta el dolor y hasta la soledad.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="texto" id="ctl00_Main_lbl_Letra">Mi libertad me sueña con mis amados muertos,<br />mi libertad adora a los que en vida quiero.<br />Mi libertad me dice, de cuando en vez, por dentro,<br />que somos tan felices como deseamos serlo.<br /><br />Mi libertad conoce al que mató y al cuervo<br />que ahoga y atormenta la libertad del bueno.<br />Mi libertad se infarta de hipócritas y necios,<br />mi libertad trasnocha con santos y bohemios.<br /><br />Mi libertad es tango de par en par abierto<br />y es blues y es cueca y choro, danzón y romancero.<br />Mi libertad es tango, juglar de pueblo en pueblo,<br />y es murga y sinfonía y es coro en blanco y negro<br /><br />Mi libertad es tango que baila en diez mil puertos<br />y es rock, malambo y salmo y es ópera y flamenco.<br />Mi libertango es libre, poeta y callejero,<br />tan viejo como el mundo, tan simple como un credo.<br /><br />De niño la adoré, deseándola crecí,<br />mi libertad, mujer de tiempo y luz,<br />la quiero hasta el dolor y hasta la soledad.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="texto" id="ctl00_Main_lbl_Letra">Piazzola -Ferrer</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="texto" id="ctl00_Main_lbl_Letra">pintura: V Kandisky </span></span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-569210501666376502014-03-09T16:20:00.000-07:002014-03-09T16:20:04.068-07:00Dario Sztajnszrajber, el amor al cine : Los amantes del cìrculo polar <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="userContent">Hoy a las 22 hs en canal Encuentro de Argentina vuelve el ciclo : EL AMOR AL CINE en su horario habitual. Y hoy vuelven Ana y Otto y Los amantes del círculo polar y Dario </span>Sztanjszrajber reflexiona sobre ellos y sobre el amor</span> <br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/frozluN_Xq0" width="420"></iframe><br /></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-1357756267629402432014-03-09T03:58:00.002-07:002014-03-09T03:59:32.596-07:00Fui <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLb-1g93zfGH6ql_vHSNLza2LUaqULUPFsSYGv3Z7nwTypCDRUMIReCuGx07yDcZ30TYOeS2s4IX__tKrklMGSoDuSxG6wOLcw_67nZ8H5SJlVoLJFnPMyWk1TYuKYY67IbGONYRYly3Y/s1600/Pies+descalzos.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLb-1g93zfGH6ql_vHSNLza2LUaqULUPFsSYGv3Z7nwTypCDRUMIReCuGx07yDcZ30TYOeS2s4IX__tKrklMGSoDuSxG6wOLcw_67nZ8H5SJlVoLJFnPMyWk1TYuKYY67IbGONYRYly3Y/s1600/Pies+descalzos.jpg" height="400" width="270" /></a><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="userContent" data-ft="{"tn":"K"}">Fui: <br /> Niñera, madre y enfermera de Adanes expulsados del paraíso<br /> Una palabra para un poeta que amaba a todas las palabras <br /> Una sombra entre las sombras <br /> La muñeca olvidada en un tren <br /> La acompañante terapéutica en pleno brote <br /> Una cama elástica del trapecista apasionado por el impacto <br /> La gasa al lado de la herida que aún supura <br /> La payasa con nariz de clown <br /> La caja de primeros auxilios a la cu<span class="text_exposed_show">al se recurre <br /> La equilibrista que se hamaca sobre el lado salvaje <br /> El fantasma que ronda y que se niega <br /> La luna de un planeta, al que abandoné <br /> La poeta de caligrafía inclinada <br /> El puente que alejó, el ayer del mañana <br /> La sala de espera, incómoda, imprevisible, inasible <br /> El ultimo tren que se toma a prisa <br /> Un dolor de muelas en domingo . <br /> La chica de la limpieza con mal salario <br /> La promesa incumplida <br /> La dama de noche perfumada <br /> La costilla que dejó de ser costilla <br /> El escondite clandestino, en dictadura <br /> Un ángel, cuando quería ser La Magdalena <br /> Un ave de paso que una vez quiso anidar <br /> Un manojo de ajenjo mirando al este <br /> El delivery a quien llamar <br /> La mentira piadosa que Dios seguro no perdonará <br /> La princesa de vestido rojo y zapatitos de tacón <br /> Una brisa que duró uno o tres años <br /> Un sueño a seguir, pero que fracasó <br /> La paralela que no se une en el espacio <br /> La próxima en la lista<br /> La redención del infierno</span></span></span><br /> <span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">La santa a la quien pedir<br /> La herida que sangra <br /> La gata negra que se cruza en mitad de la noche<br /> El bromuro del que nunca te olvidarás <br /> La trinchera en plena guerra <br /> La compañera que no traiciona <br /> Una flor de cerezo, con olor a jazmín<br /> Ahora: <br /> sólo respondo cuando me llaman mujer</span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span class="userContent" data-ft="{"tn":"K"}"><span class="text_exposed_show"><span style="font-size: small;">Marìa </span></span></span></span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-87513756075467536772014-02-23T15:46:00.002-08:002014-02-23T15:46:18.061-08:00Chicco Buarque ( como si fuese un pàjaro) <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/WS8BuOGqgpU" width="420"></iframe><br /></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-69541300661693781652014-02-23T15:37:00.000-08:002014-02-23T15:37:06.010-08:00Charles Bukowski , Parìs <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">fue como no haber estado allí.</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIL3akG1DkTJkuAkUtRmR6PESWOulDR1uAx1E-kqExcYQQ04IYhig3ReVYcL-rDPADTFb-712fGXzXNOdBsNVpiyaEVnHRW5B419U0CgRj1hK3PNN5dp0vl7cvOMDWCMajxKDKIVyGdMo/s1600/les-escaliers-de-montmartre-paris-1930-brassai.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIL3akG1DkTJkuAkUtRmR6PESWOulDR1uAx1E-kqExcYQQ04IYhig3ReVYcL-rDPADTFb-712fGXzXNOdBsNVpiyaEVnHRW5B419U0CgRj1hK3PNN5dp0vl7cvOMDWCMajxKDKIVyGdMo/s1600/les-escaliers-de-montmartre-paris-1930-brassai.jpg" height="400" width="272" /></a></div>
<br />
<br />
Celine se había ido.<br />
<br />
no había nadie allí.<br />
<br />
Paris fue un bocado de aire azulado,<br />
las mujeres pasaban como una inhalación como si tu nunca<br />
fueras a ATREVERTE a irte a la cama con<br />
ellas.<br />
<br />
no había ningún ejército por ahí.<br />
<br />
todos eran ricos.<br />
no había pobres a la vista.<br />
no había viejos a la vista.<br />
<br />
cuando te sentabas en una mesa en un café<br />
te caían celosas miradas<br />
de los demas<br />
asiduos<br />
quienes estaban seguros de ser<br />
más importantes que<br />
tú.<br />
la comida era demasiado cara para comerla.<br />
una botella de vino te costaba<br />
tu mano derecha.<br />
<br />
Celine se había ido.<br />
<br />
hombres gordos fumaban cigarros convirtiéndose en<br />
gloriosas bocanadas de humo.<br />
<br />
hombres delgados permanecían sentados muy estirados y charlaban<br />
únicamente entre sí.<br />
los camareros tenían los pies grandes y estaban seguros<br />
de ser más importantes que<br />
nada y<br />
que nadie.<br />
<br />
Celine se había ido<br />
<br />
y Picasso se estaba muriendo.<br />
<br />
Paris fue absolutamente nada.<br />
<br />
vi a un perro que parecía un<br />
lobo blanco.<br />
<br />
no recuerdo haber abandonado<br />
Paris.<br />
<br />
pero debo de haber estado<br />
allí.<br />
<br />
fue de alguna manera como dejarse<br />
una revista de moda en una<br />
estación de tren.<br />
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Charles Bukowski </span><br />
<br />
<br />
</div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-41555866640306886052014-02-23T15:18:00.000-08:002014-02-23T15:18:26.662-08:00Rodolfo Fogwill, Muchacha punk <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span>En
diciembre de 1978 hice el amor con una muchacha punk. Decir “hice el
amor” es un </span></span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpJaDGl2At6bwFxYiWfABd289gds2gLXjA9YrpIg1W83qM4O2-sgyiyU40b4lAFPGLouQM7ZPPTRqyj6ZkZe9r8z90hIUpa2qInpTE30vRlHAgwybwT0jKl-iHyEo7o7sV1EBpHvMVRHk/s1600/muchacha+punk.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpJaDGl2At6bwFxYiWfABd289gds2gLXjA9YrpIg1W83qM4O2-sgyiyU40b4lAFPGLouQM7ZPPTRqyj6ZkZe9r8z90hIUpa2qInpTE30vRlHAgwybwT0jKl-iHyEo7o7sV1EBpHvMVRHk/s1600/muchacha+punk.jpg" height="320" width="212" /></a></span></div>
<span style="font-size: small;">decir, porque el amor ya estaba hecho antes de mi llegada a
Londres y aquello que ella y yo hicimos, ese mont<span>ó</span><span>n de cosas que “hicimos” ella y yo, no eran el amor y ni siquiera –me atrever</span><span>í</span><span>a hoy a demostrarlo–, eran un amor: eran eso y s</span><span>ó</span><span>lo eso eran. Lo que interesa en esta historia es que la muchacha punk y yo nos “acostamos juntos”.<br />
Otro decir, porque todo habr</span><span>í</span><span>a sido igual si no hubi</span><span>é</span><span>semos renunciado a nuestra posici</span><span>ó</span><span>n b</span><span>í</span><span>peda, –integrando eso (¿el amor?) al h</span><span>á</span><span>bitat de los sue</span><span>ñ</span><span>os: la horizontal, la oscuridad del cuarto, la oscuridad del interior de nuestros cuerpos; eso.<br />
Primera decepci</span><span>ó</span><span>n del lector: en este relato soy var</span><span>ó</span><span>n. Conoc</span><span>í</span><span> a la muchacha frente a una vidriera de Marble Arch. Eran las diez y treinta, el fr</span><span>í</span><span>o calaba los huesos, hab</span><span>í</span><span>a
terminado el cine, ni un alma por las calles. La muchacha era rubia: no
vi su cara entonces. Estaba ella con otras dos muchachas punk. La m</span><span>í</span><span>a, la rubia, era flacucha y se mov</span><span>í</span><span>a con gracia, a pesar de su atuendo punk y de cierto despliegue punk de gestos n</span><span>í</span><span>tidamente punk. El fr</span><span>í</span><span>o calaba los huesos, creo haberlo contado. Marcaban dos o tres grados bajo cero y el helado viento del norte ara</span><span>ñ</span><span>aba la cara en Oxford Street y en Regent Street. Les cuatro –yo y aquellas tres muchachas punk– mir</span><span>á</span><span>bamos esa misma vidriera de . En el ambiente c</span><span>á</span><span>lido que promet</span><span>í</span><span>a el interior de la tienda, una computadora jugaba sola al ajedrez. Un cartel anunciaba las caracter</span><span>í</span><span>sticas y el precio de la m</span><span>á</span><span>quina: 1.856 libras. Ganaban blancas, el costado derecho de la m</span><span>á</span><span>quina. Las negras hab</span><span>í</span><span>an perdido iniciativa, su defensa estaba liquidada y acusaban la desventaja de un pe</span><span>ó</span><span>n central.<br />
Blancas ven</span><span>í</span><span>an atacando con una cu</span><span>ñ</span><span>a de peones que proteg</span><span>í</span><span>a
su dama, repatingada en cuatro torre rey. Cuando las tres muchachas se
acercaron era turno de negras. Negras dudaron quince seg</span><span>ú</span><span>n dos o tal vez m</span><span>á</span><span>s; era la movida l16 </span><span>ó</span><span> l18, y los mirones –nadie a esas horas, por el fr</span><span>í</span><span>o–, habr</span><span>í</span><span>an podido recomponer la partida porque una peque</span><span>ñ</span><span>a impresora ven</span><span>í</span><span>a reproduciendo el juego en c</span><span>ó</span><span>digo de ajedrez, y un gr</span><span>á</span><span>fico, que la m</span><span>á</span><span>quina compon</span><span>í</span><span>a en su pantalla en un par de segundos, mostraba la imagen del tablero en cada fase previa del desenvolvimiento estrat</span><span>é</span><span>gico del juego. Las muchachas hablaron un slang que no entend</span><span>í</span><span>, se rieron, y sin prestarme la menor atenci</span><span>ó</span><span>n siguieron su camino hacia el oeste, hacia Regent Street. A esas horas, uno pod</span><span>í</span><span>a mirar todo a lo largo de la ciudad arrasada por el fr</span><span>í</span><span>o sin notar casi presencia humana, salvo las tres muchachas y</span><span>é</span><span>ndose.<br />
Cerca de Selfridges alguien deb</span><span>í</span><span>a esperar un </span><span>ó</span><span>mnibus, porque una sombra se col</span><span>ó</span><span> en la garita colorada de esperar </span><span>ó</span><span>mnibus y alg</span><span>ú</span><span>n aliento hab</span><span>í</span><span>a nublado los cristales. Quiz</span><span>á</span><span>s el humano se hallase contra el vidrio, frot</span><span>á</span><span>ndose las manos, escribiendo su nombre, –garabateando un coraz</span><span>ó</span><span>n o el emblema de su equipo de f</span><span>ú</span><span>tbol; quiz</span><span>á</span><span> no.<br />
Confirm</span><span>é</span><span> su existencia poco despu</span><span>é</span><span>s, cuando un </span><span>ó</span><span>mnibus rumbo a Kings Road se detuvo y alguien subi</span><span>ó</span><span>. Al pasar frente a nuestra vidriera, semivac</span><span>í</span><span>o, pude ver que la sombra de la garita se hab</span><span>í</span><span>a convertido en una mujer viej</span><span>í</span><span>sima, harapienta, que negociaba su boleto.<br />
Pocos autos pasaban. La mayor</span><span>í</span><span>a
taxis, a la caza de un pasajero, calefaccionados, lentos, diesel,
libres. Pocos autos particulares pasaban; Daimlers, Jaguars, Bentleys.
En sus asientos delanteros conduc</span><span>í</span><span>an hombres graves, maduros, sensibles a las intermitentes se</span><span>ñ</span><span>ales de tr</span><span>á</span><span>nsito.<br />
A sus izquierdas, mujeres ancestrales, maquilladas de party o de </span><span>ó</span><span>pera, parec</span><span>í</span><span>an supervisarlos. Un Rolls par</span><span>ó</span><span> frente a mi vidriero de Selfridges y el conductor hech</span><span>ó</span><span>
un vistazo a la computadora, (ensayaba la jugada 127, turno de
blancas), y dijo algo a su mujer, una canosa de perfil agrio y aros de
brillantes. No pude o</span><span>í</span><span>rlo: las ventanillas de cristal antibalas de estos autos componen un espacio herm</span><span>é</span><span>tico, casi mas</span><span>ó</span><span>nico: insondable.<br />
Poco despu</span><span>é</span><span>s el Rolls se alej</span><span>ó</span><span> tal como hab</span><span>í</span><span>a llegado y en la esquina de Glowcester Street vacil</span><span>ó</span><span> ante el sem</span><span>á</span><span>foro, como si coqueteara con la luz verde que reci</span><span>é</span><span>n se prend</span><span>í</span><span>a. Primera decepci</span><span>ó</span><span>n del narrador: la computadora decret</span><span>ó</span><span> tablas en la movida 147. Si yo fuese blancas, cambiando caballo por torre y amenazando jaque en descubierto, reclamar</span><span>í</span><span>a a negras una permuta de damas favorable, dada mi ventaja de peones y mi </span><span>ó</span><span>ptima situaci</span><span>ó</span><span>n posicional. Me fui con rabia: hab</span><span>í</span><span>a dormido toda la tarde de aquel viernes y era temprano para meterme en el hotel.<br />
El fr</span><span>í</span><span>o calaba los huesos. Tra</span><span>í</span><span>a bajo los jeans un polar–suit ingl</span><span>é</span><span>s que hab</span><span>í</span><span>a comprado para un amigo que navega a vela en Puerto Belgrano y decid</span><span>í</span><span> estrenarlo aquella noche para ponerlo a prueba contra el fr</span><span>í</span><span>o atroz que anunciaba la BBC.<br />
Sent</span><span>í</span><span>a el cuerpo abrigado, pero la boca y la nariz me dol</span><span>í</span><span>an de fr</span><span>í</span><span>o. Las manos, en los hondos bolsillos de la campera de duvet, tem</span><span>í</span><span>an tanto un encuentro con el aire helado que me obligaron a resistir a la feroz jaur</span><span>í</span><span>a de ganas de fumar, que aullaba y se agitaba detr</span><span>á</span><span>s de la garganta, en mi interior. En mi exterior, las orejas estaban desapareciendo: tarde o temprano ser</span><span>í</span><span>an mu</span><span>ñ</span><span>ones, o saba</span><span>ñ</span><span>ones, si no las defend</span><span>í</span><span>a; intent</span><span>é</span><span> guarecerlas con las solapas de mi campera. Sin manos, llevaba las puntitas de las solapas entre los dientes y as</span><span>í</span><span>, mordiente y fr</span><span>í</span><span>o, entr</span><span>é</span><span> a un taxi que ol</span><span>í</span><span>a a combustible diesel y a sudor de chofer, y una vez instalado en el goce de aquel tufo tibi</span><span>ó</span><span>n, nombr</span><span>é</span><span> una esquina del Soho y prend</span><span>í</span><span> un cigarrillo.<br />
Afuera, nadie. El fr</span><span>í</span><span>o calaba los huesos. El ingl</span><span>é</span><span>s, adelante, manejando, era una estatua llena de olor y sue</span><span>ñ</span><span>o. Antes de bajar, verifiqu</span><span>é</span><span> que hubiesen taxis por la zona; vi varios. Pagu</span><span>é</span><span> con un papel y s</span><span>ó</span><span>lo despu</span><span>é</span><span>s de recibir el cambio abr</span><span>í</span><span> mi puerta. El aire fr</span><span>í</span><span>o me ametrall</span><span>ó</span><span> la cara y la papada se me hel</span><span>ó</span><span>, pues las solapas, chorreadas de saliva, hab</span><span>í</span><span>an depositado sobre mi piel una leve pel</span><span>í</span><span>cula de baba, que ahora me her</span><span>í</span><span>a con sus globitos quebradizos de escarcha.<br />
vi poca gente en el barrio chino de Londres: como siempre, algunos </span><span>á</span><span>rabes y africanos sal</span><span>í</span><span>an
rebotando de los tugurios pomo. En una esquina, un grupo de hombres
–obreros, pinches de vigilancia, tal vez algunos desgraciados sin hogar
se ilusionaban alrededor de un fueguito de le</span><span>ñ</span><span>as y papeles improvisado por un negro del kiosco de diarios. Camin</span><span>é</span><span> las tres o cuatro cuadras del barrio que s</span><span>é</span><span> reconocer y como no encontr</span><span>é</span><span> d</span><span>ó</span><span>nde meterme, en la esquina de Charing Cross abr</span><span>í</span><span> la puerta trasera izquierda de un taxi verde, sub</span><span>í</span><span>, di el nombre de mi hotel, y decid</span><span>í</span><span> que esa noche comer</span><span>í</span><span>a
en mi cuarto una hamburguesa muy condimentada y una ensalada bien
salada para fortalecer la sed que tanto se merece la cerveza de Irlanda.
¡L</span><span>á</span></span><span style="font-family: 'Adobe Gothic Std B'; font-size: 14pt;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">stima
que la televisión termine tan temprano en Londres! Miré el reloj: eran
las once; quedaba apenas media hora de excelente programación británica.<br />
Conté del frío, conté del polar–suit. Ahora voy á contar de mí: el frío,
que calaba los huesos, desalentaba a cualquier habitante y a cualquier
visitante de la antigua ciudad, pues era un frío de lontananza inglesa,
un frío hecho de tiempo y de distancia y –¿por qué no?– hecho también de
más frío y de miedo, y era un frío ártico y masivo, resultante de la
ola polar que venía siendo anunciada y promovida durante días en
infinitos cortes informativos de la radio y la televisión. En efecto, la
radio y la televisión, los diarios y las revistas y la gente, los
empleados y los vendedores, los chicos del hotel y las señoras que uno
conoce comprando discos –todos no hablaban sino de la ola de frío y de
la asombrosa intensidad que había alcanzado la promoción de la ola de
frío que calaba los huesos.<br />
Yo soy friolento, normalmente friolento, pero jamás he sido tan
friolento como para ignorar que la campaña sobre el frío nos venía
helando tanto, o más aún, que la propia ola de frío que estaba
derramándose sobre la semiobsoleta capital.<br />
Pero yo estaba ya en la calle, no tenía ganas de volver a mi hotel y
necesitaba estar en un lugar que no fuese mi cuarto, protegido del frío y
protegido cuidadosamente de cualquier referencia al frío. Entonces vi,
dos cuadras antes del hotel, un local que días atrás me había llamado la
atención. Era una pizzería llamada The Lulu, que no existía en
oportunidad de mi último viaje.<br />
Yo recordaba bien aquel lugar porque había sido la oficina de turismo de
Rumania en la que alguna vez hice unos trámites para mis clientes
italianos.<br />
Desde el taxi leí el cartel que probaba que el boliche permanecía
abierto, vi clientes comiendo, noté que la decoración era mediocre pero
honesta, y de las mesas y las sillas de mimbre blanco induje una noción
de limpieza prometedora.<br />
Golpeé los vidrios del chofer, pagué 60 pence, bajé del auto y me metí en la pizzería.<br />
Era una pizzería de españoles, con mozos españoles, patrones españoles y
clientes españoles que se conocían entre sí, pues se gritaban –en
español–, de mesa a mesa, opiniones españolas, y frases españolas. Me
prometí no entrar en ese juego y en mi mejor inglés pedí una pizza de
espinaca y una botella chica de vino Chianti. El mozo, si ya había
padecido un plazo razonable de exilio en Londres, me habrá supuesto un
viajero del continente, o un nativo de una colonia marginal del
Commonwealth, tal vez un malvinero.<br />
Yo traía en el bolsillo de la campera la edición aérea del diario La
Nación, pero evité mostrarla para no delatar mi carácter
hispano–parlante. El Chianti –embotellado en Argelera delicioso: entre
él y el aire tibio del local se estableció una afinidad que en tres
minutos me redimió del frío.<br />
Pero la pizza era mediocre, dura y desabrida. La mastiqué feliz, igual,
leyendo mis recortes del Financial Times y la revista de turismo que dan
en el hotel. Tuve más hambre y pedí otra pizza, reclamando que le
echasen más sal. Esta segunda pizza fue mejor, pero el mozo me había
mirado mal, tal vez porque me descubrió estudiando sus movimientos,
perplejo a causa de la semejanza que puede postularse en un relato entre
un mozo español de pizzería inglesa, y cualquier otro mozo español de
pizzería de París, o de Rosario. He elegido Rosario para no citar tanto a
Buenos Aires. Querido.<br />
Masqué la pizza número dos analizando la evolución de los mercados de
metales en la última quincena; un disparate. Los precios que la URSS y
los nuevos ricos petroleros seguían inflando con su descabellada
política de compras no auguraban nada bueno para Europa Occidental.
Entonces aparecieron las tres muchachas punk. Eran las mismas tres que
había visto en Selfridges. La mía eligió la peor mesa junto a la
ventana; sus amigotas la siguieron. La gorda, con sus pelos teñidos
color zanahoria, se ubicó mirando hacia mi mesa. La otra, de estatura
muy baja y con cara de sapo, tenía pelos teñidos de verde y en la solapa
del gabán traía un pájaro embalsamado que pensé que debía ser un
ruiseñor. Me repugnó. Por fortuna, la fea con pájaro y cara de sapo se
colocó mirando hacia la calle, mostrándome tan solo la superficie opaca
de la espalda del grasiento gabán. La mía, la rubia, se posó en su
sillita de mimbre mirando un poco hacia la gorda, un poco hacia la
calle: yo sólo podía ver su perfil mientras comía mi pizza y procuraba
imaginar cómo sería un ruiseñor.<br />
Un ruiseñor: recordé aquel soneto de Banchs.<br />
El otro tipo también decía llamarse Banchs y era teniente de corbeta o
fragata. Era diciembre; lo había cruzado muchas veces durante el año que
estaba terminando. Esa misma mañana, mientras tomaba mi café, se había
acercado a hablarme de no sé qué inauguración de pintores, y yo le
mencioné al poeta, y él, que se llamaba Banchs juró que oía nombrar al
tal Enrique Banchs por primera vez en su vida. Entonces comprendí por
qué el teniente desconocía la existencia de los polar–suit (al ver mi
paquetito con el Helly Hansen, se había asombrado) y también entendí por
qué recorría Europa derrochando sus dólares, tratando de caerle
simpático a todos los residentes argentinos y buscando colarse en toda
fiesta en la que hubiese latinoamericanos. Fumaba Gitanes también en
esto se parecía al Nono.<br />
Jamás vi un ruiseñor. Estaba por terminar la pizza y desde atrás me vino un vaho de musk.<br />
Miré. La más fea de las gallegas de la mesa del fondo estaba sentándose.
Vendría del baño; habría rociado todo su horrible cuerpo con un
vaporizador de Chanel, de Patou, o de –alguna marquita de esas que ahora
le agregan musk a todos sus perfumes. ¿Cómo sería el olor de mi
muchacha punk? Yo mismo, como el tal Banchs, me había condenado a
averiguar y averiguar; faltaba bien poco para finiquitar la pizza y el
asuntito de las cotizaciones de metales. Pero algo sucedía fuera de mi
cabeza.<br />
Los dueños, los mozos y los otros parroquianos, en su totalidad o en su
mayoría españoles, me miraban. Yo era el único testigo de lo que estaban
viendo y eso debió aumentar mi valor para ellos.<br />
Tres punks habían entrado al local, yo era el único no español capaz de
atestiguar que eso ocurría, que no las habían llamado, que ellos no eran
punk y que no había allí otro punk salvo las tres muchachas punk y que
ningún punk había pisado ese local desde hacía por lo menos un cuarto de
hora. Sólo yo estaba para testimoniar que la mala pizza y el excelente
vino del local no eran desde ningún punto de vista algo que pudiera
considerarse punk. Por eso me miraban, para eso parecían necesitarme
aquella vez.<br />
Trabado para mirar a mi muchacha –pues la forma de la de pájaro
embalsamado y cara de sapo la tapaba cada vez más– me concentré sobre mi
pizza y mi lectura desatendiendo las miradas cómplices de tantos
españoles. Al termianar la pizza y la lectura, pedí la cuenta, me fui al
baño a pishar y a lavarme las inanes y allí me hice una larga friega
con agua calentísima de la canilla. Desde el espejo, nitré contento cómo
subían los tonos rosados de los cachetes y la frente reales. Habían
vuelto a nacer mis orejas; fui feliz.<br />
Al volver, un rodeo injustificable me permitió rozar la mesa de las
muchachas y contemplar mejor a la mía: tenía hermosos ojos celestes casi
transparentes y el ensamble de rasgos que más irte gusta, esos que se
suelen llamar “aristocráticos”, porque los aristócratas buscan
incorporarlos a su progenie, tomándolos de miembros de la plebe con la
secreta finalidad de mejorar o refinar su capital genético hereditario.
¡Florecillas silvestres! ¡Cenicientas de las masas que engullirán los
insaciables cromosomas del señor! ¡Se inicia en vuestros óvulos un viaje
ala porvenir soñado en lo más íntimo del programa genético del amo). Es
sabido, en épocas de cambio, lo mejor del patrimonio fisiognómico
heredable (esas pieles delicadas, esos ojos transparentes, esas narices
de rasgos exactos “cinceladas” bajo sedosos párpados y justo encima de
labios y de encías y puntitas de lengua cuyo carmín perfecto titila por
el inundo proclamando la belleza interior del cuerpo aristocrático) se
suele resignar a cambio de un campo en Marruecos, la mayoría accionaria
del Nuevo Banco tal, una Acción heroica en la guerra pasada o un Premio
Nacional de Medicina, y así brotan narices chatas, ojos chicos, bocas
chirlonas y pieles chagrinadas en los cuerpitos de las recientes crías
de la mejor aristocracia, obligando a las familias aristocráticas o
recurrir a las malas familias de la plebe en busca de buena sangre piara
corregir los rasgos y restablecer el equilibrio estético de las
generaciones que catapultarán sus apellidos y un poco de ellas mismas, a
vaya a saber uno dónde en algún improbable siglo del porvenir.<br />
La chica me gustó. Vestía un traje de hombre holgado, tres o más números mayor que su talle.<br />
De altura normal, no pesaría más de 44 kilos. su piel tan suave (algo de
ella me recordó a Grace Kelly, algo de ella me recordó a Catherine
Deneuve) era más que atractiva para mí. Calzaba botitas de astrakán
perfectas, en contraste con la rasposa confección de su traje de lana.
Una camisa de cuello Oxford se le abría a la altura del busto mostrando
algo que creí su piel y comprobé después que era tina campera de
gimnasta. Ella, a mí, ni me miró.<br />
Pero en cambio, su amiga, la más gorda, la del pelo teñido color
naranja, venía emitiendo una onda asaz provocativa. No quise sugerir
sexual: provocativo, como buscando riña, como buscando o planificando un
ataque verbal, como buscando tina humillación, como ella misma habría
mirado a un oficial de la policía inglesa. Así mirábame la gorda de pelo
zanahoria. La mía, en cambio no me mira ha. Pero. . .<br />
Tampoco miraba a sus acompañantes. Miraba hacia la calle vacía de
transeúntes, con las pupilas extraviadas en el paso del viento. Así me
dije: “se pierde su mirada pincelando el frío viento de Oxford Street”.
Era etérea. Esa nota, lo etéreo, es la que mejor habría definido a mi
muchacha para mí, de no mediar aquellas actitudes punk y los detalles
punk, que lucía, punk, como al descuido, negligentemente punk, ella. Por
ejemplo: fumaba cigarrillos de hoja; los tomaba con el gesto exhultante
de un europeo meridional, pitaba fuerte el humo y lo tiraba
insidiosamente contra el cristal de la vidriera. Al pasar por su mesa
había visto en sus manos una mancha amarilla, azafranada, de alquitrán
de tabaco. ¡Y jamás vi manitas sucias de alquitrán de tabaco como las de
mi muchachita punk! El índice, el mayor y el anular de su derecha,
desde las uñas hasta los nudillos, estaban embebidos de ese amarillo
intenso que sólo puede conseguir algún gran fumador para la primer
falange del dedo índice, tras años de fumar y fumar evitando lavados. Me
impresionó. Pero era hermosa, tenía algo de Catherine Deneuve y algo de
Isabelle Adjani que en aquel momento no pude definir: me estaba
confundiendo. Pagué la cuenta, eché las rémoras de mi botella de Chianti
en la copa verde del restaurante, y copa en mano –so british–, como si
fuese un parroquiano de algún pub confianzudo, me apersoné a la mesa de
las muchachas punk asumiendo los riesgos. Antes de partir había
calculado mi chance: una en cinco, una en diez en el peor de los casos;
se justificaba. voy a contarlo en español: –¿Puedo yo sentarme? Las tres
punk se miraron. La gorda punk acariciaba su victoria: debió creer que
yo bajaba a reclamar explicaciones por sus miradas punk provocativas.
Para evitar un rápido rechazo me senté sin esperar respuestas. Para
evitar desanimarme eché un trago de vino a mi garguero. Para evitar
impresionarme miré hacia arriba, expulsando de mi campo visual al
pajarito embalsalmado. La gorda reía. La punk mía miró a la del pelo
verde, miró a la gorda, sopló el humo de su cigarro contra la nada, no
me miró, y sin mirarme tomó un sorbito de aquella mezcla de Coca Cola y
Chianti que estuvo preparando en la página anterior, pero que yo, con
esta prisa por escribirla, había olvidado registrar. Habló la punk con
pájaro<br />
–¿Qué usted quiere? –Nada, sentarme… Estar aquí como una sustancia de hecho… –dije en cachuzo inglés.<br />
Sin duda mi acento raro acicateó los deseos de saber de la gorda: –¿Dónde viene usted de…? –ladró.<br />
La pregunta era fuerte, agresiva, despectiva.<br />
–De Sudamérica… Brasil y Argentina –dije, para ahorrarles una agobiante
explicación que llenaría el relato de lugares comunes. Me preguntaba si
era inglés: se asombraba “¿Cómo puede venir uno de Brasil y Argentina
sin ser británico?”, imaginé que habría imaginado ella.<br />
¿Sería un inglés? –No. Soy sudamericano, lamentado –dije.<br />
–Gran campo Sudamérica –se ensañaba la gorda.<br />
–Sí: lejos. Así, lejos. Regresaré mes próximo –le respondí.<br />
–Oh sí… Yo veo dijo la gorda mirando fijo a la cara de sapo que hamacó
su cabeza como si confirmase la más elaborada teoría del universo.
Entonces habló por vez primera y sólo para mí mi Muchacha Punk. Tenía
voz deliciosa y tímbrica en este párrafo: –¿Qué usted hace aquí? –quiso
saber su melodía verbal.<br />
–Nada, paseo –dije, y recordé un modelo que siempre marchó bien con
beatniks y con hippys y que pensé que podía funcionar con punks. Lo puse
a prueba: –Yo disfruto conocer gente y entonces viajo… Conocer gente,
¿Me entiende?… Viajar… Conocer… ¡Gente!.. ¿Eh.? ¡Ah..! ¡Así..! ¡Gente..!<br />
Funcionó: la carita de mi Muchacha Punk se iluminaba. –Yo también amo
viajar –fue desgranando sin mirarme–. Conozco África, India y los
Estados (se refería a USA). Yo creo que yo conozco casi todo. ¡Yo no
nunca he ido yo a Portugal! ¿Cómo es Portugal? –me preguntó.<br />
Compuse un Portugal a su medida: –Portugal es lleno de maravilla… Hay
allí gente preciosamente interesante y bien buena. Se vive una ola en
completo distinta a la nuestra…<br />
” seguí así, y ella se fue envolviendo en mi relato. Lo percibí por la
incomodidad que comenzaban a mostrar sus punks amigas. Lo confirmé por
esa luz que vi crecer en su carita aristocráticamente punk. Susurraba
ella: –Una vez mi avión tomó suelo en Lisboa y quise yo bajar, pero no
permitieron –dijo–: Encuentro que la gente del aeropuerto de Lisboa son
unos cerdos sucios hijos de perra. ¿Es no, eso …Lisboa, Portugal?–. La
duda tintineaba en su voz.<br />
–Sí –adoctriné, pero en todos los aeropuertos son iguales: son todos piojosos malolientes sucios hijos de perra.<br />
–Como los choferes de taxi, así son –me interrumpió la gorda, sacudiendo el humo de su Players.<br />
–Como los porteros del hotel, sucios hijos de perra –concedió la pajarófora gorda cara de sapo, quieta.<br />
–Como los vendedores de libros –dijo la mía –¡Hijos de una perra!–. Y flotaba en el aire, etérea.<br />
–Sí, de curso –dije yo, festejando el acuerdo que reinaba entre los
cuatro. Entonces ocurrió algo imprevisto; la de pelo verde habló a la
gorda: –Deja nosotros ir, dejemos a estos trabajar en lo suyo, eh… –y
desenrolló un billete de cinco libras, lo apoyó en el platillo de la
cuenta, se paró y se marchó arrastrando en su estela a la cara de sapo.
Bien había visto yo que ellas habían con sumido diez o quince libras,
pero dejé que se borraran, eso simplificaba la narración.<br />
–Bay, Borges –me gritó la cara de sapo desde la vereda, amagando sacar
de su cintura una inexistente espadita o un puñal; entonces yo me alegré
de ver tanta fealdad hundiéndose en el frío, y me alegré aún más,
pensando que asistía a otra prueba de que el prestigio deportivo de mi
patria ya había franqueado las peores fronteras sociales de Londres.
Pregunté a mi muchacha por qué no las había saludado: –Porque son unas
ceras sucias hijas de perra.<br />
¿Ve? –dijo mostrándome los billetitos de cinco libras que iba sacando de
su bolsillo para completar el pago de la cuenta. Asentí.<br />
Como un cernícalo, que a través de las nubes más densas de un cielo
tormentoso descubre los movimientos de su pequeña presa entre las
hierbas, atraído por el fluir de las libras , un mozo muy gallego brotó a
su lado, frente a mí. Guiñó un ojo, cobró, recibió los pocos penns de
propina que mi muchacha dejó caer en su platillo, y yo pedí otra botella
de Chianti y dos de Coke y ella me devolvió un hermoso gesto: abrió la
boca, frunció un poquito la nariz, alzó la ceja del mismo lado y movió
la cabeza como queriendo devolver la pelota a alguien que se la habría
lanzado desde atrás.<br />
Conjeturé que sería un gesto de acuerdo. Poco después, su manera golosa
de beber la mezcla de vino y Coca Cola, acabó de confirmándome aquella
presunción de momento: todo había sido un gesto de acuerdo.<br />
Me contó que se llamaba Coreen. Era etérea: al promediar el diálogo sus
ojos se extraviaban siguiendo tras la ventana de la pizzería española de
Graham Avenue al viento de la calle. Tomamos dos botellas de Chianti,
tres de Coke. Ella mezclaba esos colores en mi copa. Yo bebía el vino
por placer y la Coke por la sed que habían provocado la pizza, el calor
del local y este mismo deseo de averiguar el desenlace de mi relato de
la Muchacha Punk. La convidé a mi hotel. No quiso. Habló: –Si yo voy a
tu hotel, tendrás que a ellos pagar mi permanencia. Es no sentido
–afirmó y me invitó a su casa. Antes de salir pagamos en alícuotas todo
lo bebido; pero yo necesito hablar más de ella. Ya escribí que tenía
rasgos aristocráticos. A esa altura de nuestra relación (eran las 12.30,
no había un alma en la calle, el frío inglés del relato, calaba, los
huesos, argentinos, del narrador), mi deseo de hacerla mía se había
despojado de cualquier snobismo inicial. Mi Muchacha –aristocrática o
punk, eso ya no importaba–, me enardecía: yo me extraviaba ya por ese
ardor creciente, ya era un ciego, yo. Yo era ya el cuerpo sin huellas
digitales de un ahogado que la corriente, delatora, entra boyando al
fiord donde todo se vuelve nada. Pero antes, cuando la vi frente a mi
vidriera de Selfridges había notado detalles raros, nítidamente punk, en
su tenue carita: su mejilla izquierda estaba muy marcada, no supe
entonces cómo ni por qué, y el lado derecho de su cara tenía una
peculiaridad, pues sobre el ala derecha de su nariz, se apoyaba –creí–
una pieza de metal dorado (creí) que trazando una comba sobre la mejilla
derecha ascendía hasta insertarse en la espiga de trigo, que creí
dorada, afeando el lóbulo de su oreja a la manera de un arete de
fantasía. Del tallo de esa espiga, de unos dos centímetros, colgaba otra
cadena, más gruesa, que caía sobre su cuello libremente y acababa en la
miniatura de la lata de Coke, de metal dorado y esmalte rojo que
siempre iba y venía rozándole los rubios pelos, el hombro, y el pecho, o
golpeaba la copa verde provocando una música parecida a su voz, y
algunas veces se instalaba, quieta, sobre su hermosa clavícula blanca,
curvada como el alma de una ballesta, armónica como un golpe de tai chi.
Durante nuestra charla aprendí que lo que había creído antes metal
dorado era oro dieciocho kilates, y descubrí que lo que había creído un
grano de maíz de tamaño casi natural aplicado sobre el ala de su nariz
era una pieza de oro con forma de grano de maíz y tamaño casi natural,
sostenido por un mecanismo de cierre delicadísimo, que atravesaba sin
pudor y enteramente la alita izquierda de su bella nariz. Ella misma me
mostró el orificio, haciendo un poco de palanca con la uña azafranada de
su índice, entre el maíz y la piel, para lucir mejor su agujerito en
forma de estrella, de unos cuatro milímetros de diámetro. ¡Estaba chocha
de su orificio… ! Del lado izquierdo, lo que temprano en Oxford Street
me había parecido una marca en su mejilla, era una cicatriz profunda, de
unos tres centímetros de largo, que parecía provocada por algo muy
cortante. Surcaban ese tajo tres costuras bien desprolijas, trabajo de
un aficionado, o de algún practicante de primer año de medicina más
chapucero que el común de los practicantes de medicina ingleses y en
ausencia de los jefes de guardia. Segunda decepción del narrador: la
cicatriz de la izquierda, a diferencia de las cositas de oro de su lado
derecho, era falsa. La había fraguado un maquillador y mi muchachita se
apenaba, pues había comenzado a deshacerse por la humedad y por el frío y
ahora necesitaba un service para recuperar su color y su consistencia
original.<br />
Poco antes de irnos, ella fue al baño y al volver me sorprendió
cavilando en la mesa: . –¿Cuál es el problema con tú? –me preguntó en
inglés–. ¿Qué eres tú pensando? –Nada –respondí–. Pensaba en este frío
maldito que estropea cicatrices…<br />
Pero mentí: yo había pensado en aquel frío sólo por un instante. Después
había mirado la calle que se orientaba hacia la nada, y había tratado
de imaginar qué andaría haciendo la poca gente que, de cuando en cuando,
producía breves interrupciones en la constancia de aquel paisaje urbano
vacío. Toqué el cristal helado; olí los bordes de la copa verde de ella
para reconocer su olor, y volví a pensar en las figuras que iban
pasando tras los cristales, esfumadas por el vapor humano de la
pizzería. Entonces quise saber por qué cualquier humano desplazándose
por esas calles, siempre me parecía encubrir a un terrorista irlandés,
llevando mensajes, instrucciones, cargas de plástico, equipos médicos en
miniatura y todo eso que ellos atesoran y mudan, noche por medio, de
casa en casa, de local en local, de taller en taller, y hasta de
cualquier sitio en cualquier otro sitio. “¿Por qué?” –me preguntaba”
¿Por qué será?” Trataba de entender, mientras mi bella Muchachita
estaría cerquísima pishando, o lavándose con agua tibia, y cuando apenas
tironeé del hilito de la tibieza de su imagen, estalló en mil
fragmentos una granada de visiones y asociaciones íntimas, intensas,
pero por rúas, por argentinas y por inconfesables, poco leales hacia
ella. ¿Hay Dios? No creo que haya Dios, pero algo o alguien me castigó,
porque cuando advertí que estaba siendo desleal e innoble con mi
Muchachita Punk y sentí que empezaba a crecer en mi cuerpo –o en mi
alma–, la deliciosa idea del pecado, cruzó por la vidriera la forma de
un ciclista, y lo vi pedalear suspendido en el frío y supe que ése era
el hombre cuyo falso pasaporte francés ocultaba la identidad del ex
jesuita del IRA que alguna vez haría estallar con su bomba de plástico
el pub donde yo, esperando algún burócrata de BAT, encontraría mi fin y
entonces cerré los ojos, apreté los puños contra mis sienes y la vi
pasar a ella apurada por la vereda del pub, zafé de allí, corrí tras
ella respirando el aire libre y perfumado de abril en Londres, y en el
instante de alcanzarla sentimos juntos la explosión, y ella me abrazaba,
y yo veía en sus ojos –dos espejos azules que ese hombre que rodeaban
los brazos de mi Muchacha Punk no era más yo, sino el jesuita de piel
escarbada por la viruela, y adiviné que pronto, entre pedazos de
mampostería y flippers retorcidos, Scotland Yard identificaría los
fragmentos de un autor’ que jamás pudo componer bien la historia de su
Muchacha Punk. Pero ella ahora estaba allí, salía del texto y comenzaba a
oír mi frase: ‘ –Nada… pensaba en este frío maldito que arruina
cicatrices… –oía ella.<br />
Y después inclinaba la cabeza (¡chau irlandeses!), me clavaba sus
espejos azules y decía “gracias”, que en inglés (“agradecer tú”, había
dicho en su lengua con su lengua), y en el medio de la noche inglesa, me
hizo sentir que agradecía mi solidaridad; yo, contra el frío, luchando
en pro de la consevación de su preciosa cicatriz, y que también
agradecía que yo fuera yo, tal como soy, y que la fuera construyendo a
ella tal como es, como la hice, como la quise yo.<br />
Debió advertir mis lágrimas. Justifiqué: –Tuve gripe. . . además. . .
¡El frío me entristece, es un bajón…! “¡lt downs me!” traduje–. ¡Eso
abájame! –¡Vayamos al hotel! –dije yo, ya sin lágrimas.<br />
–¡Hotel no! –dijo ella, la historia se repite.<br />
No insistí. Entonces no sabía –sigo sin saber–, cómo puede alguien
imponer su voluntad a una muchacha punk. Salimos al frío; calaba. Los
huesos. Ni un alma. Por las calles. Llamé a un taxi. El no paró. Pronto
se acercó otro. Se detuvo y subimos. Olía a transpiración de chofer y a
gas oil. Mi Muchacha nombró una calle y varios números. imaginé que
viviría en un barrio bajo, en una pocilga de subsuelo, o en un helado
altillo y calculé que compartiría el cuarto con media docena de punks
malolientes y drogados, que a esa altura de la noche se arrastrarían por
el suelo disputando los restos de la comida, o, peor, los restos de una
hipodérmica sin esterilizar que circularía entre ellos con la misma
arrogante naturalidad con que nuestros gauchos se dejan chupar sus
piorreicas bombillas de mate frío y lavado. Me equivoqué: ella vivía en
un piso paquetísimo, frente a Hyde Park. En la puerta del edificio decía
“Shadley House”. En la puerta de su apartamento –doble batiente, de
bronce y de lujuria –decía “R. H. Shadley”.<br />
–Es la casa de mi familia –dijo humilde mi Punk y pasamos a una gran
recepción. A la derecha, la sala de armas conservaba trofeos de caza y
numerosas armas largas y cortas se exhibían junto a otras, más medianas,
en mesas de cristal y en vitrinas. A la izquierda, había un salón
tapizado con capitoné de raso bordeaux que brillaba a la luz de tres
arañas de cristal grandes como Volkswagens. El pasillo de entrada
desembocaba en un salón de música, donde sonaban voces. Al pasar por la
puerta ella gritó “hello” y una voz le devolvió en francés una ristra de
guarangadas. Detrás pasaba yo, las escuché, memoricé nuestra oración
“queterrecontra” y con una mirada relámpago, busqué la boca sucia y gala
en el salón. No la identifiqué. En cambio vi dos pianos, una pequeña
tarima de concierto, varios sillones y dos viejos sofás enfrentados.<br />
Entre ellos, sobre almohadones, media docena de punks malolientes
fumaban haschich disputando en francés por algo que no alcancé a
entender.<br />
Un negro desnudo y esquelético yacía tirado sobre la alfombra purpúrea.
Por su flacura y el color verdoso de su piel me pareció un cadáver, pero
después vi sus costillas que se movían espasmódicamente y me
tranquilicé: epilepsia.<br />
Imaginé que el negro punk entre sus sueños estaría muriéndose de frío,
pero no sería yo quien abrigase a un punk esa noche de perros, estando
él, punk, reventado de droga punk entre tantos estúpidos amigos punk.<br />
Copamos la cocina. Mi Muchacha me dijo que los batracios del salón de
música eran “su gente” y mientras trababa la puerta me explicó que
estaban enculados (“angry”, dijo) con ella, porque les había prohibido
la entrada a la cocina. Ellos argumentaban que era una “zorra mezquina”,
creyendo que la veda obedecía a su deseo de impedir depredaciones en
heladeras y alacenas, pero el motivo eran las quejas y los temores de
los sirvientes de la casa, que en varias oportunidades habían topado
contra semidesnudos punks que comían con las manos en un área de la casa
que el personal consideraba suya desde hacía tres generaciones y en la
que siempre debían reinar las leyes de El Imperio. Ese día había
recibido nuevas quejas del ama de llaves, pues uno de los punks, el
marroquí, había estado toqueteando las armas automáticas de la colección
y cuando el viejo mayordomo lo reprendió, el punk le había hecho oler
una daga beduina, que siempre llevaba pegada con cinta adhesiva en su
entrepierna. Coreen estaba entre dos fuegos y muy pronto tendría que
elegir entre sus amigos y la servidumbre de la casa. Vacilaba: –Son unos
cerdos malolientes hijos de perra –me dijo refiriéndose a los dos
franceses, cl marroquí, el sudanés y el americano, quien además
–contenía “costumbres repugnantes”. No pude saber cuáles, pero me senté
en un banquito a imaginar media docena de posibilidades punk, mientras
ella filtraba un delicioso café con canela. Cuando la cafetera ya
borboteaba, me contó que aquel departamento había sido de los abuelos de
su madre, que era una crítica de museos que trabajaba en New York. El
padre, veinte años mayor, se había casado por prestigio, tomando el
apellido de la mujer cuando lo hicieron caballero de la reina vieja en
recompensa de sus ‘sevicios de espía, o policía, en la India.<br />
Vinculado a la compañía de petróleo del gobierno, el viejo había hecho
una apreciable fortuna y ahora pasaba sus últimos años en África,
administrando propiedades. Mi Muchacha Punk lo admiraba. También
admiraba a su madre. No obstante, al referirse a las relaciones de los
dos viejos con ella y con su hermana mayor, puntualizó varias veces que
eran unos “hijos de perra malolientes”. Creí entender que había un banco
encargado de los gastos de la casa, los sueldos de los sirvientes y
choferes y las cuentas de alimentos, limpieza e impuestos, y que las dos
muchachas –la mía y su hermana recibían cincuenta libras. “Cerdos
malolientes”, había vuelto a decir tocándose la cicatriz y explicando
que el service –que en tiempos de humedad debía realizarse semanalmente
le costaba veinticinco libras, y que así no se podía vivir. Pedía mi
opinión. Yo preferí no tomar el partido de sus padres, pero tampoco
quise comprometerme dando a su posición un apoyo del que, a mí,
moralmente, no me parecía merecedora. Entonces la besé.<br />
Mientras bebía el café la muchacha salió a arreglar algunos asuntos con
sus amigos. Yo aproveché para mirar un poco la cocina: estábamos en un
cuarto piso, pero uno de los anaqueles se abría a un sótano de cien o
más metros cuadrados que oficiaba de bodega y depósito de alimentos.
Había jamones, embutidos y ciento cuarenta y cuatro cajas con latas de
bebidas sin alcohol y conservas. vi cajones de whisky, de vinos y
champañas de varias marcas.<br />
Contra la pared que enfrentaba a mi escalera, dormían millares de
botellas de vino, acostadas sobre pupitres de madera blanca muy suave.<br />
Había olor a especias en el lugar. Calculé un stock de alimentos
suficiente para que toda una familia y sus amigos argentinos sitiados
pudiesen resistir el asedio del invasor normando por seis lunas, hasta
la llegada de los ejércitos libertadores del Rey Charles, y al avanzar
los atacantes, obligándonos a lanzar nuestras últimas reservas de bolas
de granito con la gran catapulta de la almena oeste, apareció otra vez
mi princesita punk, que repuesta del fragor del combate, volvía a trabar
la puerta con dos vueltas de llave y me miraba, carita de disculpa.<br />
Yo dije, por decir, que me parecía justificado el temor de sus
sirvientes. “Nunca se sabe”, dije en español, y le aclaré en inglés “es
no fácil saber”. Ella se encogió de hombros y dijo que sus amigos eran
capaces de cualquier cosa, “como pobre Charlie”. Quise saber quién era
“pobre Charlie” y me contó que era un pariente, que se había hecho
famoso cuando arrancó las orejas de una bebita en Gilderdale Gardens
pero que ahora envejecía olvidado en un asilo cercano a Dundall,
fingiéndose loco, para evitar una condena.<br />
Entonces volvió a preguntar mi nombre y el de mis padres y se rió.
También volvió a hablarme de su cicatriz que había costado cincuenta
libras: el precio de su pensión semanal, “como una substancia de hecho”.
El banco le liquidaba cincuenta libras por semana a mi Muchacha y otras
tantas a su hermana mayor, pero el maquillaje requería service. (Estoy
seguro de haberlo escrito, pero ella volvía a contármelo y yo soy
respetuoso de mis protagonistas. El arte –pienso debe testimoniar la
realidad, para no convertirse en una torpe forma de onanismo, ya que las
hay mejores.) Necesitaba service la cicatriz y le impedía, entre otras
cosas, la práctica de natación y de esquí acuático. Coreen adoraba el
esquí y las largas estadías al aire libre en tiempo de humedad y me
invitó con un cigarrillo de marihuana: un joint. Lo rechacé porque había
bebido mucho, me sentía ebrio de planes, y no quería que una caída
súbita de mi presión los echara a perder. Mi Muchacha empapaba el papel
de su pequeño joint con un líquido untuoso que guardaba en la miniatura
de Coke de su colgante de oro. “Aceite de heroína”, explicó. Ella había
sido adicta y friendo ese juguito que impregnaba el papel y la yerba,
tranquilizaba sus deseos.<br />
Hacía un año que venía abandonando el hábito, temía recaer en los
pinchazos que habían matado a sus mejores amigos una noche en París
–septicemia y ahora quería curarse y salir de aquello porque su pensión
no le alcanzaba para solventar el hábito: ya bastantes problemas le
traía el service de su maquilladora. Después volvió a dejarme solo en la
cocina, fue al baño y yo robé del sótano una lata de queso cammembert, y
a medida que me lo iba comiendo con mi cuchara de madera, hice una
recorrida por las dependencias de la cocina: arte testimonial.<br />
Amén de varios hornos verticales, y un gran hogar revestido de barro
para hacer pan en la sala contigua tenían una máquina de asar eléctrica,
con un spiedo que mediría tres metros de ancho por uno de
circunferencia. Calculé que un pueblo en marcha hacia la liberación
podía asar allí media docena de misioneros mormones ante un millar de
fervientes watussi desesperados por su alícuota de dulzona carne de
misionero mormón rotí. Más allá de la sala estaba el depósito de tubos
de gas, leñas, carbón y especias. Olía a ajo el lugar, pero no vi ajo
sino ramas de laurel y bolsas de yute con hierbas aromáticas que no supe
calificar. ¿Romero? ¿Peter Nollys? ¿Kelpsias? ¡vaya uno a distinguir
las sofisticadas preferencias de esos maniáticos magnates británicos…!
Cuando Coreen –mi Muchacha Punk, dueña y señora de la casa volvía del
–baño, trabó la puerta que separaba la cocina del office –al que ella
llamaba “hogar” en inglés de los salones donde seguían gritándose
barbaridades sus amigos. Ignoro lo que habrán dicho ellos, pero como
resumen dijo que eran unos piojos hijos de perra; grave. Prendió otro
joint con la brasa de mis 555, y –¡Achalay!– nos fuimos con él a apestar
el dormitorio de su hermana, donde, dormiríamos, pues el suyo venía
desordenado de la tarde anterior.<br />
El pasillo que llevaba a los cuartos, estaba custodiado por grandes
cuadros que parecían de buena calidad. Reparé en el piso: listones de
roble enteros se extendían a lo largo de quince o veinte metros. Sin
alfombra ni lustre alguno, la madera blanca repulida me evocó la
cubierta de aquellos clippers que se hacía construir la pandilla de
nobles que rondaba a Disraeli para gastar sus vacaciones en Gibraltar.
¡Un derroche! El cuarto de la hermana era amplio, sobriamente
alfombrado, y en un rincón había una piel de tigre, en otro, una de
cebra viel y otras pieles gruesas que supuse serían de algún lanar
exótico, pues eran más grandes que las pieles de las ovejas más grandes
que mis ojos han visto y que las que cualquier humano podría imaginar
con o sin joints embebidos en substancias equis.<br />
Nos acostamos. Tercera decepción del narrador: mi Muchacha Punk era tan
limpia como cualquier chitrula de Flores o de Belgrano R. Nada
previsible en una inglesa y en todo discordante con mis expectativas
hacia lo punk. ¡Las sábanas…! ¡Las sábanas eran más suaves que las del
mejor hotel que conocí en mi vida! Yo, que por mi antigua profesión
solía camouflarme en todos los hoteles de primera clase y hasta he
dormido –en casos de errores en las reservas que de ese modo trataron
los gerentes de repararen suites especiales para noches de bodas o para
huéspedes VIP, nunca sentí en mi piel fibras tan suaves como las de esas
sábanas de seda suave, que olían a lima o a capullitos de bergamota en
vísperas de la apertura de sus cálices. Tercera decepción del lector: Yo
jamás me acosté con una muchacha punk. Peor: yo jamás vi muchachas
punk, ni estuve en Londres, ni me fueron franqueadas las puertas de
residencias tan distinguidas. Puedo probarlo: desde marzo de 1976 no he
vuelto a hacer el amor con otras personas. (Ella se fue, se fue a la
quinta, nunca volvió, jamás volvió a llamarme. La franquean otros
hombres, otros. Nos ha olvidado; creo que me ha olvidado).<br />
Cuarta decepción del narrador: no diré que era virgen, pero era más
torpe que la peor muchacha virgen del barrio de Belgrano o de Parque
Centenario. Al promediar eso (¿el amor?) le largó a declamar la letanía
bien conocida por cualquier visitante de Londres: “ai camin ai camin ai
camin ai camin ai camin”, gritaba, gritaba, gritaba, sustituyendo los
conocidos “ai voi ai voi ai voi ai voi” de las pebetas de mi pago, que
sumen al varón en el más turbado pajar de dudas sobre la naturaleza de
ese sitio sagrado hacia el que dicen ir las muchachas del hemisferio sur
y del que creen venir sus contrapartidas británicas. Pero uno hace todo
esto para vivir y se amolda. ¡vaya si se amolda! Por ejemplo: Y después
se durmió. Habrá sido el vino o las drogas, pero durmió sonriendo, y su
cuerpo fue presa de una prodigiosa blandura. Miré el reloj: eran las
5.30 y no podía pegar un ojo, tal vez a causa del café, o de lo que
agregamos al café.<br />
Revisé los libros que se apilaban en la mesa de luz del cuarto de la
hermana (le mi Muchacha Punk. ¡Buenos libros! Blake, Woolf, Sollers:
buena literatura. ¡Cortázar en inglés! (¡Hay que ver en una de esas
camas señoriales lo que parece el finado Cortázar puesto en inglés!)
Había manuales de física y muchos números de revistas de ciencias
naturales y de Teoría de los Sistemas.<br />
Separé algunas para informarme qué era esa teoría que yo desconocía pero
que justificaba tina publicación mensual que ya iba por el número
ciento treinta y cuatro. Las miré. interesante: enriquecería mi
conversación por un tiempo.<br />
Andaba en eso citando llegó la hermana de mi Muchacha Punk con su novio.
La chica dijo llamarse Dianne y era naturista, marxista, estudiaba
biología, odiaba las drogas, despreciaba a los punks y no tomó nada bien
que estuviésemos acostados en su cuarto, pero disimuló. Cuando le
hablé, su expresión se hizo aún más severa como reprochando que un
desnudo, desde su propia cama, se dirigiese a ella en un inglés tan
choto.<br />
No le gusté y ella no pudo disimularlo más.<br />
En cambio el novio me mostró simpatía. Era estudiante de biología,
naturista, marxista, odiaba profundamente a las punks y manifestó un
intenso desprecio hacia las drogas y sus clientes.<br />
Creo que de no haber mediado el episodio del encuentro y la irritación
de su novia, habríamos podido entablar tina provechosa amistad. Me
convidaron con sus frutas, algo muy delicioso, parecido al níspero y muy
refrescante, que erradicó de mis encías el gustito a Coreen. Ella, a
pesar de nuestra conversación en voz muy alta, mis gritos
angloargentinos, mis carcajadas y 1()s mendrugos de risa que alguno de
mis chistes lograron de la bióloga, no despertaba.<br />
Dije a los chicos que me vestiría y que debía partir pues me –esperaban
en mi hotel. Ellos dijeron que no era necesario, que siempre dormían en
el suelo por motivos higiénicos y que yo podía seguir leyendo, pues “‘la
luz de la luz no nos molesta”. Así dijeron. Se desnudaron, se echaron
sobre una piel de oso y se cubrieron hasta los ojos con una manta hindú.
De inmediato entraron en un profundo sueño y los vi dormir y respirar a
un mismo ritmo, boca arriba y agarraditos de las manos. Pero yo no
podía dormir; apagué la luz de la luz y estuve un rato velando y
escuchando el contraste entre las respiraciones simétricas de la pareja,
y la de Coreen, más fuerte y de ritmo más que sinuoso.<br />
Prendí la luz y revisé el reloj: serían las siete, pronto amanecería.
Acaricié los pelos de mi Muchacha, su carita, sus lindísimos hombros y
sus brazos, y casi estuve a punto de hacer el amor una vez más, pero
temí que un movimiento involuntario pudiese despertarla. Aproveché para
mirar su piel delicada y suave. Nada punk, muy aristocrática la piel de
mi Muchacha. Le estudié bien el agujerito de la nariz: medía seis
milímetros de ancho y formaba una estrella de cinco puntas. ¿O eran
cinco milímetros y la estrella tenía seis puntas? Nunca lo volveré a
mirar. Para esta historia basta consignar que estaba dibujado con
precisión y que debió ser obra de algún cirujano plástico que habrá
cargado no menos de quinientos pounds de honorarios. ¡Un derroche! Miré
la cicatriz de la mitad izquierda de mi chica: había perdido más color y
estaba apelmazada por el roce de mi mentón que la barba crecida de dos
días tornó abrasivo. Me apenó imaginar que en la tarde siguiente, al
despertar, mi Muchachita Punk me guardaría rencor por eso. Escribí un
papelito diciendo que el service quedaba a mi cargo y lo dejé abrochado
con un clip junto a un billete de cincuenta libras que había comprado
tan barato en Buenos Aires, en la garganta de su botita de astrakán. Así
asumía mi responsabilidad, y ella no necesitaría esperar otra semana
para poner su cicatriz a cero kilómetro. Actué como hombre y como
argentino y aunque nadie atine nunca a determinar qué espera un punk de
la gente, yo no podía permitir que al otro día mi Muchachita se amargase
y anduviera por todas las discotheques de Londres insinuando que
nosotros somos unos hijos de perra que perturbamos sus cicatrices y no
pagamos el service, desmereciendo aún más la horrible imagen de mi
patria que desde hace un tiempo inculcan a los jóvenes europeos. Me
vestí. Al dejar el cuarto apagué las luces. Para salir destrabé la
cerradura de la cocina pero volví a cerrarla y deslicé la llave bajo la
puerta. Los punks seguían peleando: el africano reprochaba a los otros
no haberlo despertado para la cena. Otro lloraba, creo que era el
francés.<br />
Después oí una sílabas rarísimas: era alguien que hablaba en holandés.<br />
Gracias a Dios no me vieron y encontré un taxi no bien salí a la calle,
fría como una daga rusa olvidada por un geólogo ruso recién graduado en
la heladera de un hotel próximo a las obras suspendidas de Paraná Medio.<br />
La tarde siguiente, leí en The Guardian que durante la noche catorce
vagabundos, a causa del frío, habían muerto, o crepado, estirando sin
rencor sus veintitantas vagabundas patas inglesas, en pleno corazón de
la ciudad de Londres.<br />
Hicieron no sé cuántos grados Farenheit; calculo que serían unos diez
grados bajo cero, penique más, penique menos. En el hotel me pegué un
baño de inmersión y calentito y con el agua hasta la nariz leí en la
edición internacional de Clarín las hermosas noticias de mi patria.
Quise volver.<br />
Al día siguiente ‘volé a Bonn y de allí fui a Copenhague. Al cuarto día
estaba lo más campante en Londres y no bien me instalé en el hotel quise
encontrar a mi Muchacha Punk. No tenía su teléfono; su nombre no figura
en el directorio de la vieja ciudad. Corrí a su casa. Me recibió
amistosamente Ferdinand, el novio de la hermana: mi Muchacha estaba en
New York visitando a la madre y de allí saltaría a Zambia, para reunirse
con el padre. volvería recién a fines de abril, y él no me invitaba a
pasar porque en ese momento salía para la universidad, donde daba sus
clases de citología. Tipo agradable Ferdinand: tenía un Morris blanco y
negro y manejaba con prudencia en medio de la rougb hour de aquel
atardecer de invierno. Se mostró preocupado porque hacía un año le
venían fallando las luces indicadoras de giro del autito. Le sugerí que
debía ser un fusible, que seguramente eso era lo más probable que le
sucedería al Morris. Rumió un rato mi hipótesis y finalmente concedió:
–No lo sé, tal vez tengas razón…<br />
Me dejó en victoria Station, donde yo debía comprar unos catálogos de
armas y unos artículos de caza mayor para mi gente de Buenos Aires.<br />
Nos despedimos afectuosamente. El armero de Aldwick era un judío inglés
de barbita con rulos y trenzas negras, lubricadas con reflejos azules.<br />
Entre él y el librero de victoria Embankment –un paquistaní– acabaron de
estropearme la tarde con su poca colaboración y su velada censura a mi
acento. El judío me preguntó cuál era mi procedencia; el pakistano me
preguntó de dónde yo venía. Contesté en ambos casos la verdad. ¿Qué iba a
decir? ¿Iba a andar con remilgos y tapujos cuando más precisaba de
ellos? ¿Qué habría hecho otro en mi lugar…? ¡A muchos querría ver en una
situación como la de aquel atardecer tristísimo de invierno inglés…!
Oscurecía. Inapelable, se nos estaba derrumbando la noche encima. Cuando
escuchó la palabra “Argentina”, el armero judío hizo un gesto con sus
manos: las extendió hacia mí, cerró los puños, separó los pulgares y
giró sus codos describiendo un círculo con los extremos de los dedos. No
entendí bien, pero supuse que sería un ademán ritual vinculado a la
manera de bautizar de ellos.<br />
El paqui, cuando oyó que decía “Buenos Aires, Argentina, Sur” arregló su
turbante violeta y adoptó una pose de danzarín griego, tipo Zorba (¿O
sería una pose de danza del folklore de su tierra…?). Giró en el aire,
chistó rítmicamente, palmeó sus manos y (cantó muy desafinado la frase
“cidade maravilhosa dincantos mil”, pero apoyándola contra la melodía de
la opereta Evita.<br />
Después volvió a girar, se tocó el culo con las dos manos, se aplaudió, y
se quedó muy contento mostrándome sus dientes perfectos de marfil.<br />
Sentí envidia y pedí a Dios que se muriera, pero no se murió. Entonces
le sonreí argentinamente y él sonrió a su manera y yo miré el pedazo
visible de Londres tras el cristal de su vidriera: pura noche era el
cielo, debía partir y señalé varias veces mi reloj para apurarlo. No era
antipático aquel mulato hijo de mala perra, pero, como todo propietario
de comercio inglés, era petulante y achanchado: tardó casi una hora
para encontrar un simple catálogo de Webley & Scott. ¡Así les va…</span></span>!</span><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: 14pt;"> </span></span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: 14pt;"><br /></span></span>
</div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-37045674111108001912014-02-23T14:56:00.002-08:002014-02-23T14:56:11.784-08:00Dario Sztajnszrajber, Mentira la verdad ( la felicidad) <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/nliSMNdUnc4" width="420"></iframe><br /></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-28777326131258908832014-02-23T14:53:00.002-08:002014-02-23T15:22:19.378-08:00Jaime Sabines, Digo que no puede decirse el amor.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0VFUeIgvgRrASrsBnZA0oqzT07Z0flhdpTQr-xtYOrVHLjgGtyTsyzPHhKCi3AevrHcGWGX7_dDaJCR7iGm4vx4CQYSEcBLFrN6sBwuOTfaM0Jw_8OXvm5HldxkrsU1kapg7G1USeZ2g/s1600/Antifaz-veneciano-Cristales-Small.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0VFUeIgvgRrASrsBnZA0oqzT07Z0flhdpTQr-xtYOrVHLjgGtyTsyzPHhKCi3AevrHcGWGX7_dDaJCR7iGm4vx4CQYSEcBLFrN6sBwuOTfaM0Jw_8OXvm5HldxkrsU1kapg7G1USeZ2g/s1600/Antifaz-veneciano-Cristales-Small.jpg" height="211" width="320" /></a><span style="color: white;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">Digo que no puede decirse el amor.<br />
El amor se come como un pan,<br />
se muerde como un labio,<br />
se bebe como un manantial.<br />
El amor se llora como a un muerto,<br />
se goza como un disfraz.<br />
El amor duele como un callo,<br />
aturde como un panal,<br />
y es sabroso como la uva de cera<br />
y como la vida es mortal.<br />
<br />
El amor no se dice con nada,<br />
ni con palabras ni con callar.<br />
Trata de decirlo el aire<br />
y lo está ensayando el mar.<br />
Pero el amante lo tiene prendido,<br />
untado en la sangre lunar,<br />
y el amor es igual que una brasa<br />
y una espiga de sal.<br />
<br />
La mano de un manco lo puede tocar,<br />
la lengua de un mudo, los ojos de un ciego,<br />
decir y mirar.<br />
El amor no tiene remedio<br />
y sólo quiere jugar.</span></span></span><br />
<span style="color: black; font-family: Arial; font-size: 13px;"><span style="color: white;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-size: small;">Jaime Sabines</span></span></span><br />
</span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-79039986502488105152014-02-21T05:13:00.004-08:002014-02-21T05:18:27.879-08:00Dave Matthews Band, (el viento empezò a aullar) <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/fOaMQ-R9YGM" width="560"></iframe></span><br />
<br />
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Tiene que haber alguna manera de salir de aquí<br />
Le dijo el bromista al ladrón<br />
Hay demasiada confusión<br />
No puedo encontrar alivio<br />
Hombres de negocios, ellos se beben mi vino<br />
Labradores cavan mi tierra<br />
Ninguno de ellos a lo largo de la línea<br />
Sabe lo que algo de ello vale</span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><br />
No hay motivo para excitarse<br />
El ladrón amablemente habló<br />
Hay mucho aquí entre nosotros<br />
Que siente que la vida no es nada más que una broma<br />
Pero tu y yo, hemos pasado por ello<br />
Y este no es nuestro destino<br />
Así que no nos dejes hablar falsamente ahora<br />
La hora se hace tarde</span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><br />
A lo largo de la atalaya<br />
Los príncipes mantuvieron la vista<br />
Mientras todas las mujeres vinieron y se fueron<br />
Sirvientas descalzas, también</span>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><br />
Fuera en la distancia<br />
Un gato salvaje gruñó<br />
Dos jinetes se acercaban<br />
El viento empezó a aullar</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Bob Dylan </span><br />
<br /></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-73704271989619324532014-02-21T05:10:00.001-08:002014-02-23T15:39:55.818-08:00Jaime Sabines, entresuelo <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicVrOC76-I3CjumY_pzZoe1krJKVgMs2iGrap_8P-fE_W5tiEQqa-z7azFBhy9kJQsC7R5lOIrP_ye6NYAgm8ATrXEtk99tU1pmNs-nvkSBllxAtjQe_ygL6ACsb5WMIcPCQXq3VlZZ4w/s1600/espej.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicVrOC76-I3CjumY_pzZoe1krJKVgMs2iGrap_8P-fE_W5tiEQqa-z7azFBhy9kJQsC7R5lOIrP_ye6NYAgm8ATrXEtk99tU1pmNs-nvkSBllxAtjQe_ygL6ACsb5WMIcPCQXq3VlZZ4w/s1600/espej.jpg" height="320" width="320" /></a><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Un ropero, un espejo, una silla,
<br />ninguna estrella, mi cuarto, una ventana,
<br />la noche como siempre, y yo sin hambre,
<br />con un chicle y un sueño, una esperanza.
<br />Hay muchos hombres fuera, en todas partes,
<br />y más allá la niebla, la mañana.
<br />Hay árboles helados, tierra seca,
<br />peces fijos idénticos al agua,
<br />nidos durmiendo bajo tibias palomas.
<br />Aquí, no hay mujer. Me falta.
<br />Mi corazón desde hace días quiere hincarse
<br />bajo alguna caricia, una palabra.
<br />Es áspera la noche. Contra muros, la sombra
<br />lenta como los muertos, se arrastra.
<br />Esa mujer y yo estuvimos pegados con agua.
<br />Su piel sobre mis huesos
<br />y mis ojos dentro de su mirada.
<br />Nos hemos muerto muchas veces
<br />al pie del alba.
<br />Recuerdo que recuerdo su nombre,
<br />sus labios, su transparente falda.
<br />Tiene los pechos dulces, y de un lugar
<br />a otro de su cuerpo hay una gran distancia:
<br />de pezón a pezón cien labios y una hora,
<br />de pupila a pupila un corazón, dos lágrimas.
<br />Yo la quiero hasta el fondo de todos los abismos,
<br />hasta el último vuelo de la última ala,
<br />cuando la carne toda no sea carne, ni el alma
<br />sea alma.
<br />Es preciso querer. Yo ya lo sé. La quiero.
<br />¡Es tan dura, tan tibia, tan clara!
<br />Esta noche me falta.
<br />Sube un violín desde la calle hasta mi cama.
<br />Ayer miré dos niños que ante un escaparate
<br />de maniquíes desnudos se peinaban.
<br />El silbato del tren me preocupó tres años,
<br />hoy sé que es una máquina.
<br />Ningún adiós mejor que el de todos los días
<br />a cada cosa, en cada instante, alta
<br />la sangre iluminada.
<br /><br />Desamparada sangre, noche blanda,
<br />tabaco del insomnio, triste cama.
<br /><br />Yo me voy a otra parte.
<br />Y me llevo mi mano, que tanto escribe y habla.</span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-26275996591724111482014-02-20T05:53:00.002-08:002014-02-20T05:53:42.579-08:00Simone de Beauvoir, ( de cuadernos de la juventud) <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlaQ0BJyO9eYKiotTVFsJ_TZjt5jf66bBwpACL5lGQW0VptiQ98ZxGH46cYzhzIR7XuicTRDdDAIuJyqYjIVuTjl9mtuM5ULWaJMWPIr4jn_IeSCqOz2DLIMOpZa3NUACDEJi4DSnEVOw/s1600/chagall16.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlaQ0BJyO9eYKiotTVFsJ_TZjt5jf66bBwpACL5lGQW0VptiQ98ZxGH46cYzhzIR7XuicTRDdDAIuJyqYjIVuTjl9mtuM5ULWaJMWPIr4jn_IeSCqOz2DLIMOpZa3NUACDEJi4DSnEVOw/s1600/chagall16.jpg" height="301" width="320" /></a><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Pero yo, ¿quién soy? Mi unidad no viene de ningún principio, de ningún
sentimiento al cual yo subordinaría todo: ella no se hace sino en mí
misma. No puedo definirme ni clasificarme: mi gusto por la nitidez se
acomoda poco de ello, sin embargo, detesto las etiquetas. No,
verdaderamente; lo que amo por encima de todo, no es la fe ardiente y el
gran acto simple que me conmueven sin embargo, con un respeto
admirativo; son los impulsos rotos, las búsquedas, los deseos; son las
ideas sobre todo, es la inteligencia y la crítica, los cansancios, las
derrotas. Son los seres que no pueden dejarse engañar y que se debaten
para vivir a pesar de su lucidez.</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Simone de Beauvoir</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">pintura: Marc Chagall </span><br />
<br />
</div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-78818224053783408362014-02-20T05:18:00.001-08:002014-02-20T05:30:07.137-08:00Leonard Cohen , (llèvame bailando..)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/kVT-XykIKkM" width="420"></iframe><br /></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-60419203157736247192014-02-20T05:13:00.001-08:002014-02-20T05:21:26.090-08:00Philip K Drick , la vida efìmera y feliz del zapato marròn <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Quiero
enseñarle algo —dijo el doctor Labyrinth. Del bolsillo de su chaqueta
extrajo </span></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVoDhBBihNUm4U97lkgMK-ojsb5IqqvVKGWUnvgMvTaYhVemLwt-b-v0Jda-eMQQiXpcLHx-H-tLDXrb3iKadYSlms8FbGcJw5IQuKMShTZh6OxWlZ-NpGjzbAoucjej1K9wU0gP-6oDY/s1600/zapato-marron-lord-27-110563-1ac.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVoDhBBihNUm4U97lkgMK-ojsb5IqqvVKGWUnvgMvTaYhVemLwt-b-v0Jda-eMQQiXpcLHx-H-tLDXrb3iKadYSlms8FbGcJw5IQuKMShTZh6OxWlZ-NpGjzbAoucjej1K9wU0gP-6oDY/s1600/zapato-marron-lord-27-110563-1ac.jpg" height="230" width="320" /></a></span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">gravemente una caja de cerillas, que sujetó con firmeza sin
apartar la vista de ella—. Va a contemplar algo trascendental para la
ciencia moderna. El mundo temblará de arriba abajo.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Déjeme ver —dije.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Era
tarde, pasadas las doce de la noche. La lluvia caía sobre las calles
desiertas. Observé al doctor Labyrinth mientras abría la caja con el
pulgar. Me acerqué a ver.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">La caja estaba vacía, a excepción de un botón de latón, una brizna de hierba seca y lo que parecía una migaja de pan.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Hace mucho tiempo que se inventaron los botones —dije—. No veo nada especial.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Alargué la mano para coger el botón, pero Labyrinth puso la caja fuera de mi alcance con expresión de furia. </span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Esto no es un botón —dijo, y luego prosiguió —: ¡Siga, siga! —acarició el botón con un dedo—. ¡Siga!</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Labyrinth, permita que me explique. Viene usted a mi casa en plena noche, me enseña un botón dentro de una caja de cerillas y…</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Labyrinth
se hundió en el sofá como si hubiera sufrido una gran decepción. Cerró
la caja y la devolvió con resignación al interior de su bolsillo.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Es inútil intentarlo —suspiró—. He fracasado. El botón no funciona. No queda ninguna esperanza.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Qué tiene de raro? ¿Esperaba otra cosa?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Tráigame algo —Labyrinth paseó una mirada desconsolada por la habitación—. </span><span lang="EN-GB">Tráigame… tráigame vino.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Muy
bien, doctor, pero ya conoce los efectos del vino. —Fui a la cocina y
llené dos vasos con jerez. Volví y le ofrecí uno. Estuvimos bebiendo un
rato—. Explíqueme algo más.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">El
doctor posó el vaso sobre la mesa y asintió. Cruzó las piernas y sacó
la pipa. Después de encenderla abrió de nuevo la caja para examinar su
contenido. Suspiró y la cerró.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No
tiene objeto —dijo—. El Animador nunca funcionará, porque el Principio
falla por su base. Me refiero al Principio de la Irritación Suficiente,
por supuesto.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Y qué es eso?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Le
diré cómo lo descubrí. Un día estaba sentado en la playa sobre una
roca. Había sol y el calor era sofocante. Sudaba a mares y me sentía muy
incómodo. De pronto, un guijarro saltó y se alejó reptando. El calor
del sol le había puesto de mal humor.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿De veras? ¿Un guijarro?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—En
ese instante comprendí el Principio de Irritación Suficiente: era el
origen de la vida. Hace eones, en un pasado remotísimo, algo irritó de
tal manera a un fragmento de materia inanimada que, impulsado por la
indignación, ésta empezó a moverse. Asumí que la gran tarea de mi vida
sería descubrir el perfecto irritante, capaz de hacer cobrar vida a la
materia inanimada, para incorporarlo a una máquina manejable. La
máquina, que se encuentra en el asiento posterior de mi coche, recibe el
nombre de Animador. Pero no funciona.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Estuvimos callados durante unos minutos. Mi ojos empezaban a cerrarse.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Oiga, doctor, creo que ya es hora de…</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Tienes razón —dijo el doctor Labyrinth, poniéndose en pie—, ya es hora de que me marche, y eso es lo que voy a hacer.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD"> Se encaminó hacia la puerta, donde le alcancé.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No abandone la esperanza —le aconsejé—. Quizá funcione otro día… la máquina.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿La máquina? —frunció el ceño—. Ah, el Animador. Bueno, se la vendo por cinco dólares.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Di un respingo. Lo vi tan afligido que no me atrevía reír.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Por cuánto?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Se
la traeré. Espere aquí —salió, bajó los escalones y llenó a la acera.
Oí cómo abría la puerta del coche. y luego una serie de murmullos y
gruñidos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Espere —dije, siguiendo sus pasos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Luchaba
con denuedo para sacar una voluminosa caja cuadrada del coche. La
sostuve por un lado y la arrastramos hacia mi casa; la depositamos sobre
la mesa del comedor.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Así que esto es el Animador —dije—. Parece una parrilla para asar. </span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Lo es, o lo era. El Animador arroja un chorro de calor a modo de irritante. De todas formas, he terminado con él.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Muy bien —saqué el billetero—. Si quiere venderla, seré yo quien la compre.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Le
di el dinero y se lo guardó. Me enseñó por dónde introducir la materia
inanimada. cómo ajustar los cuadrantes y los medidores, y después, sin
más palabras, se puso el sombrero y se marchó.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Me quedé solo con mi nuevo Animador. Mientras lo contemplaba, mi mujer bajó en bata de la alcoba.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Qué ocurre? —preguntó—. Mira, tienes los zapatos empapados. ¿Has salido a la calle?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Algo así. Mira esto. Me ha costado cinco dólares. Sirve para reanimar cosas.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Joan no apartaba la vista de mis zapatos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Es la una de la mañana. Pon los zapatos en ese horno y ven a la cama.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Pero ¿no te das cuenta…?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Pon los zapatos en el horno —Joan se dirigió escalera arriba—. ¿No me has oído?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Sí, querida —dije.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Volvió
cuando estaba desayunando, sentado de mal humor ante el plato de huevos
fritos con bacon, ya frío. El timbre empezó a sonar incesantemente.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Quién será? —preguntó Joan.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Se levantó y fue a abrir la puerta.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¡Animador! —exclamé.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Tenía la cara pálida y grandes ojeras.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Aquí están sus cinco dólares —dijo—. Devuélvame mi Animador.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—De acuerdo, doctor —asentí, estupefacto—. Entre y se lo daré.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Mientras
iba a por el Animador, el doctor se quedó de pie, dando muestras de
nerviosismo. Cogí el Animador, que todavía estaba caliente, y se lo
llevé.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Póngalo ahí —ordenó—. Quiero asegurarme de que no lo ha dañado.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Lo deposité sobre la mesa y el doctor lo examinó con cariño y meticulosidad. Abrió la puertecilla y miró en el interior.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Hay un zapato ahí dentro —indicó.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Pues deberían haber dos —dije, recordando los acontecimientos de la noche—. Dios mío, puse ambos zapatos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Los dos? Ahora sólo hay uno.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Joan salió de la cocina.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Hola, doctor. ¿Qué le trae tan pronto por aquí?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Labyrinth y yo intercambiamos una mirada.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Sólo uno? —repetí.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Me
agaché para comprobarlo. En efecto, había un único zapato manchado de
barro, seco después de pasar la noche en el Animador de Labyrinth. Un
zapato… sólo que yo había puesto los dos. ¿Dónde estaría el otro?
</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Me
volví, pero la expresión de Joan me hizo olvidar lo que iba a decir.
Miraba al suelo con la boca abierta y los ojos dilatados de horror.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Algo
pequeño, de color marrón, se desplazaba hacia el sofá. Se deslizó bajo
él y desapareció. Lo había visto prácticamente de refilón, apenas un
segundo, pero sabía lo que era.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Dios mío —murmuró Labyrinth—. Tome los cinco dólares —puso el billete en mi mano—. ¡Ahora sí quiero que me lo devuelva!</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Tranquilo —dije— écheme una mano. Hemos de coger esa maldita cosa antes de que salga a la calle.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Labyrinth se precipitó a cerrar la puerta de la sala de estar.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Está debajo del sofá —se agachó y escudriñó la zona—. Creo que ya lo veo. ¿Tiene un palo o algo por el estilo?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Yo me voy —dijo Joan—. No quiero tener nada que ver con esto.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No
te puedes ir —la advertí. Saqué una guía de la cortina de la ventana—.
Usaremos esto. Lo obligaremos a salir, pero tiene que ayudarme a cogerlo
—le dije a Labyrinth—. Si no actuamos con rapidez, nunca lo volveremos a
ver.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Azuzé
al zapato con la punta de la guía. El zapato retrocedió hacia la pared,
como un animal salvaje acosado, encogido y silencioso. Me produjo
escalofríos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Qué haremos? —murmuré—. ¿Cómo demonios lo atraparemos?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Podríamos encerrarlo en un cajón del escritorio —apuntó Joan—. Sacaré los papeles.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¡Allá va!</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Labyrinth
se levantó de un brinco. El zapato había salido de debajo del sofá y
correteaba hacia la butaca. Antes de que pudiera agazaparse, Labyrinth
agarró uno de los cordones. El zapato tiró y se debatió para liberarse
de la presa, pero el doctor no cedió ni un milímetro.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Llevamos el zapato al escritorio y cerramos el cajón. Exhalamos un suspiro de alivio.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Ya
está —dijo Labyrinth con una sonrisa estúpida—. ¿No se dan cuenta de lo
que esto significa? ¡Lo conseguimos, lo conseguimos de veras! El
Animador funciona. Me pregunto por qué no funcionó con el botón.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—El botón era de latón —dije—, y el zapato de piel de animal encolada. Elementos naturales. Y estaba mojado.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—En ese escritorio —señaló Labyrinth —se halla algo trascendental para la ciencia moderna.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—El
mundo temblará de arriba abajo —terminé—, lo sé. Bien, es todo suyo
—cogí la mano de Joan—. Puede llevarse el zapato también, junto con su
Animador.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Perfecto
—aceptó Labyrinth—. Vigílenlo y no lo dejen escapar —fue hacia la
puerta—. Voy a buscar la gente adecuada, hombres que…</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿No se lo lleva? —preguntó Joan, nerviosa.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Deben
vigilarlo —repitió Labyrinth desde la puerta—. Es una prueba, la prueba
de que el Animador funciona: el Principio de la Irritación Suficiente
—bajó corriendo los escalones.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Bueno, y ahora ¿qué? —preguntó Joan—. ¿Vamos a quedarnos aquí a vigilarlo?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—He de ir a trabajar —consulté mi reloj.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Bueno, pues yo no voy a vigilarlo. Si te vas, me iré contigo. No me quedaré.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Está a buen recaudo; no pasará nada aunque nos vayamos un rato.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Visitaré a mi familia. Nos encontraremos en el centro esta noche y volveremos juntos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Tanto miedo te da?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No me gusta. Hay algo siniestro en todo esto.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Sólo es un zapato viejo.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No me hagas reír; nunca hubo un zapato como éste.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Nos
encontramos después de salir del trabajo, tal como habíamos quedado, y
fuimos a cenar. Volvimos a casa en coche y lo aparqué en nuestro camino
particular. Subimos por el sendero sin ninguna prisa.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿De veras quieres entrar? —preguntó Joan en el porche—. ¿No preferirías ir al cine?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Hemos
de entrar. Estoy ansioso por saber qué ha pasado. Me pregunto en qué se
habrá convertido —metí la llave en la cerradura y abrí la puerta de un
empujón.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Algo pasó corriendo por mi lado y desapareció entre los arbustos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Qué era eso? —susurró Joan despavorida.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Adivínalo.
—Me planté en dos zancadas frente al escritorio. El cajón, por
supuesto, estaba abierto. El zapato lo había forzado desde dentro—.
Bueno, ya no hay remedio. ¿Qué le diremos al doctor?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Quizá lo puedas coger otra vez. —Joan cerró la puerta—. o animar otro. Prueba con el otro zapato, el que se ha perdido.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No daría resultado. La creación es caprichosa. Algunas cosas no responden. Claro que tal vez…</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Sonó el teléfono. Nos miramos. Había algo misterioso en el sonido.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Es él —dije antes de alzar el auricular.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Soy
Labyrinth —tronó la voz familiar—. Iré mañana temprano. Traeré más
gente. Conseguiremos fotógrafos y un buen artículo en la prensa.
Jenkins, del laboratorio…</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Escuche, doctor… —empecé.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Hablaremos más tarde, tengo mil cosas que hacer. Nos veremos mañana por la mañana —colgó.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Era el doctor? —preguntó Joan.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Contemplé el vacío cajón del escritorio.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Lo era. Era él, sí —fui hacia el ropero y me quité la chaqueta.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">De
repente me asaltó una extraña sensación. Me giré en redondo. Algo me
espiaba, pero ¿qué? No vi nada. Sin embargo, me ponía la piel de
gallina.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Qué diablos…? —me encogí de hombros y colgué la chaqueta.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Cuando volvía a la sala de estar, por el rabillo del ojo me pareció ver algo que se movía.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Maldita sea… —murmuré.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Qué pasa?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Nada, nada en absoluto —miré a mi alrededor sin distinguir nada en especial.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">La librería, las alfombras, los cuadros de las paredes, todo seguía en su sitio. Pero algo se había movido.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Entré
en la sala. El Animador estaba sobre la mesa. Al pasar junto a él,
percibí un débil flujo de calor. El Animador aún funcionaba. ¡La
puertecilla estaba abierta! Bajé el conmutador de un manotazo y la luz
indicadora se apagó. ¿Lo habíamos dejado en funcionamiento todo el día?
Traté de recordar, pero no pude asegurarlo.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Hemos de encontrar el zapato antes de que anochezca —dije.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Buscamos,
sin resultado alguno. Los dos exploramos cada pulgada del patio,
examinamos cada arbusto, registramos el seto, pero la suerte no nos
sonrió.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Cuando
oscureció, encendimos la luz del porche y continuamos nuestra labor
investigadora. Por fin abandonamos. Me senté en los escalones del
porche.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No
tiene sentido. Hay miles de sitios donde puede esconderse. Mientras
miramos en uno, puede escurrirse a otro. Estamos vencidos de antemano, y
hemos de enfrentarnos a la realidad.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Quizá sea mejor así —suspiró Joan.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Esta noche dejaremos abierta la puerta principal. Es posible que regrese.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">La
dejamos abierta, pero a la mañana siguiente la casa seguía vacía y
silenciosa. En seguida comprendí que el zapato no había vuelto. Paseé
sin rumbo, buscando algún indicio. Descubrí cáscaras de huevo rotas en
el cubo de la basura que había en la cocina. El zapato había entrado por
la noche, pero se había marchado después de aprovisionarse.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Cerré la puerta principal. Joan y yo nos miramos en silencio.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—El
doctor llegará de un momento a otro —dije—. Será mejor que llame al
despacho para avisar de que iré más tarde de lo habitual.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Joan tocó el Animador.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Así que esto es el causante. Me pregunto si lo volverá a repetir.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Salimos afuera y vigilamos durante un rato. Nada agitó los arbustos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Qué le vamos a hacer. Ahí viene un coche.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Un
Plymouth oscuro se detuvo frente a nuestra puerta. Dos hombres de edad
avanzada bajaron y subieron por el sendero, mirándonos con curiosidad.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Dónde está Rupert? —preguntó uno.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Quién? ¿Se refiere al doctor Labyrinth? Creo que llegará de un momento a otro.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Está ahí dentro el invento? Soy Portee, de la universidad. ¿Puedo echar una ojeada?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Será mejor que espere —dije, inseguro—. El doctor no tardará.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Otros dos coches aparcaron detrás del primero. Bajaron más ancianos que subieron por el sendero sin dejar de charlar y murmurar.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Dónde está el Animador? —preguntó uno, un tipo extravagante con patillas muy pobladas—. Joven, haga el favor de enseñárnoslo.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Está dentro. Si quiere ver el Animador, entre.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Todos
se precipitaron al interior. Joan y yo les seguimos. Se detuvieron ante
la mesa, examinaron la caja cuadrada y hablaron con gran excitación.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¡Justo lo que sospechaba! —exclamó Porter—. El Principio de la Irritación Suficiente pasará a la historia…</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Tonterías —le contradijo otro—. Es absurdo. Quiero ver ese sombrero, zapato, o lo que sea.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Ya lo verá —dijo Porter—. Rupert sabe lo que hace, no lo olvide.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Se
enfrascaron en una agria controversia, salpicada de citas, fechas y
autoridades. Llegaron más coches, algunos cargados de periodistas.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Oh, Dios mío —gemí—. Acabarán con él.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Bueno, bastará con que les cuente lo sucedido —dijo Joan—. Lo de la fuga.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Lo haremos nosotros, no él. Lo diremos públicamente.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No quiero mezclarme en esto. Nunca me gustó ese par. ¿No te acuerdas de que te aconsejé los de color rojo oscuro?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Preferí
no escucharla. Un montón de ancianos se había congregado en el patio.
Hablaban y discutían. De repente distinguí el diminuto Ford azul de
Labyrinth, y el corazón me dio un vuelco. Había venido, estaba aquí, y
dentro de un momento deberíamos decirle la verdad.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No me atrevo a explicárselo —le dije a Joan—. Vamos adentro.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Al
ver al doctor Labyrinth, todos los científicos se abalanzaron sobre él y
le rodearon. Joan y yo nos miramos. La casa estaba desierta, a
excepción de nosotros dos. Cerré la puerta principal. El ruido de la
conversación se colaba a través de las ventanas; Labyrinth desarrollaba
el Principio de la Irritación Suficiente. En cualquier momento entraría
en la casa y pediría el zapato.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Bueno, fue culpa suya por marcharse —dijo Joan, y se puso a hojear una revista.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">El
doctor Labyrinth me hizo señas desde el jardín. Una amplia sonrisa se
dibujaba en su rostro. Le devolví el saludo desmayadamente. Luego me
senté al lado de Joan.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Pasó
el tiempo. Bajé la vista al suelo. ¿Qué podía hacer? Sólo esperar,
esperar a que el doctor Labyrinth entrara en casa con aires de
triunfador, rodeado de científicos, sabios, periodistas, historiadores, y
solicitara la prueba de su teoría, el zapato. Toda la vida de Labyrinth
descansaba en mi viejo zapato, la prueba de su Principio, del Animador,
de todo. ¡Y el maldito zapato se había largado!</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Ya falta menos —dije.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Esperamos en silencio. Al poco noté algo peculiar. El rumor de voces se había desvanecido. Escuché, pero no oí nada.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Por qué no entrarán? —pregunté en voz alta.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">El silencio continuó. ¿Qué pasaba? Me levanté y fui a la puerta. La abrí y me asomé.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¿Qué ocurre? —preguntó Joan—. ¿Me lo puedes explicar?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—No,
no entiendo nada. —Todos estaban de pie, en silencio, mirando algo en
el suelo. Me quedé asombrado. No tenía sentido—. ¿Qué pasa?</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Vamos a ver —se decidió Joan.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Ambos bajamos los escalones lentamente. Nos abrimos paso entre el grupo reunido y avanzamos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Santo Dios —murmuré—. Santo Dios.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Una
extraña y breve procesión cruzaba la hierba del jardín. Dos zapatos: mi
viejo zapato marrón y, justo delante de él, otro zapato, una zapatilla
blanca y diminuta de tacón alto. La examiné con detenimiento. Me
resultaba muy familiar.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—¡Es mía! —gritó Joan. Todos volvieron la vista hacia ella—. ¡Es mía! Mis zapatos de excursión…</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Ya no —dijo Labyrinth. Estaba pálido de emoción—. Se halla fuera de nuestro alcance para siempre.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Sorprendente —comentó uno de los sabios—. Mírenlas. Observen a la hembra. Observen lo que hace.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">El
zapatito blanco se mantenía prudentemente apartado de mi viejo zapato
marrón, a unos centímetros de distancia, y le guiaba casi con timidez.
Cuando mi zapato se aproximaba más de la cuenta, se alejaba describiendo
un semicírculo. Los dos zapatos se detuvieron un momento y se miraron.
Entonces, sin previo aviso, mi zapato empezó a saltar, primero sobre el
talón y después sobre la punta. Bailó alrededor de la zapatilla con gran
dignidad y solemnidad hasta volver al punto de partida.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">El
zapatito blanco saltó una sola vez y se apartó poco a poco, vacilante, y
permitió que mi zapato marrón casi la alcanzara, para mantener de nuevo
las distancias.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Esto
implica un desarrollado sentido de las normas —dijo un anciano
caballero—, tal vez, incluso, un inconsciente racial. Los zapatos
observan un rígido modelo de ritual, probablemente en desuso desde hace
siglos…</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Labyrinth, ¿qué significa esto? —preguntó Porter—. Explíquenoslo.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—De
modo que esto es lo que sucedió —murmuré—. Mientras estábamos fuera, el
zapato salió de su prisión y usó el Animador en la zapatilla. Ya sabía
yo que algo me observaba anoche. La zapatilla aún no había salido de
casa.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Por eso el Animador estaba conectado —dijo Joan—. No se me ocurrió.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Los
dos zapatos habían llegado casi al seto. La zapatilla esquivaba apenas
los cordones del zapato marrón. Labyrinth se dirigió hacia ellos.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Como
pueden ver, caballeros, no exageré. Éste es un gran momento para la
ciencia, la creación de una nueva raza. Quizá cuando la humanidad y la
sociedad se autodestruyan, esta nueva forma de vida…</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Se
agachó para coger los zapatos, pero en ese instante la zapatilla
desapareció en el seto y se refugió en la oscuridad del follaje. El
zapato marrón la siguió de un brinco. Hubo un susurro de hojas y después
silencio.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Me voy adentro —dijo Joan.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Caballeros —declaró el sonrojado Labyrinth—, esto es increíble.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">Estamos siendo testigos de uno de los más profundos y trascendentales acontecimientos de la ciencia.</span></span></div>
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;">
</span>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 14.15pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD">—Bueno…, casi testigos —dije yo.</span></span></div>
</div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-84168358207488664332014-02-20T02:51:00.001-08:002014-02-20T02:51:12.068-08:00Paco Urondo, La pura verdad <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3RLZ2hkN_bW8okbXOkXBQQR0pRtmRECPgJ3XM3wWwTUqz2LBOBX1OxUlhLB3qLATO1qXSfHwjPqOyDdet6qr__YoQBIH3t2mE4fzR1jOnvVvKpGXXA6O2o8pgRrRp97B2wQk-50sZV7w/s1600/paco.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3RLZ2hkN_bW8okbXOkXBQQR0pRtmRECPgJ3XM3wWwTUqz2LBOBX1OxUlhLB3qLATO1qXSfHwjPqOyDdet6qr__YoQBIH3t2mE4fzR1jOnvVvKpGXXA6O2o8pgRrRp97B2wQk-50sZV7w/s1600/paco.jpg" height="320" width="246" /></a><span style="font-family: Arial; font-size: x-small;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Si ustedes lo permiten,<br />
prefiero seguir viviendo.<br />
<br />
Después de todo y de pensarlo bien, no tengo<br />
motivos para quejarme o protestar:<br />
<br />
siempre he vivido en la gloria: nada<br />
importante me ha faltado.<br />
<br />
Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado<br />
de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor<br />
y miedo y apremio.<br />
<br />
Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve<br />
sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.<br />
<br />
Me avergüenza verme cubierto de pretensiones; una gallina
torpe,<br />
melancólica, débil, poco interesante,<br />
<br />
un abanico de plumas que el viento desprecia,<br />
caminito que el tiempo ha borrado.<br />
<br />
Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin<br />
darme cuenta, voy iniciando<br />
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a<br />
cualquiera o aburrir de golpe.<br />
<br />
Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi<br />
memoria ha muerto y se queja<br />
con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.<br />
<br /> Paco Urondo </span></span></span></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-24016833185681229862014-02-19T05:03:00.001-08:002014-02-19T05:05:57.593-08:00Jorge Drexler ( soy mucho menos..) <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/X8MkED1_dfk" width="420"></iframe><br /></div>
mariahttp://www.blogger.com/profile/06053273754635153053noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-850330741620623383.post-81920029232035647492014-02-19T04:59:00.003-08:002014-02-20T05:28:57.451-08:00Hugo Vera Miranda, mis mujeres <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Casi todas son locas</span> </span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">fatídicas inteligentes</span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFuFFSjHIrunszzOU5Q_OPr37VqqbMMNSmHQ9ZIzE-vN0Oeh5qkz0VxW198Ayj8LwLodwguGjWHIhHOgiFSs2raDJwrLFhyphenhyphen-1FSoCSoGNhmxEBVflnhhhpyo4CVa52hXtuYgyaqmjF1zI/s1600/mujer+desnuda+en+la+oscuridad.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFuFFSjHIrunszzOU5Q_OPr37VqqbMMNSmHQ9ZIzE-vN0Oeh5qkz0VxW198Ayj8LwLodwguGjWHIhHOgiFSs2raDJwrLFhyphenhyphen-1FSoCSoGNhmxEBVflnhhhpyo4CVa52hXtuYgyaqmjF1zI/s1600/mujer+desnuda+en+la+oscuridad.jpg" height="400" width="296" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBw90d4dTYMImX7sVhyRE385RxbnFnVIuGX56TjANGiJacGFVSye24Z1ZeoOhHefInt-iVktHLoE7a7eoHr1uqsWJ5P_T1SsoZ8DtGT023Z0Vwt6MQgTWwaau4YMvEML8BP4F71HqgDkU/s1600/rodillas.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><br /></a>
<br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">y a su vez con cierto vuelo poético a ras del suelo,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">algunas vienen de muy lejos</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">y otras de a la vuelta de casa,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">algunas vienen con brahms, una botella de vino</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">y una opinión divertida sobre cualquier asunto</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">sin importancia, otras vienen con buñuel</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">un pañuelo de seda y sumamente medicadas,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">sobrevuelan mi cuarto histeriqueando naderías,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">revisan mis libros echando el culito para atrás,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">me hablan de un tío muerto en combate</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">de la polémica reverdy-huidobro</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">de cómo preparar el pollo relleno</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">o del caso de la mujer que el marido</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">la mató porque ella no quiso suicidarse.</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">me cuentan de sus viejos amores</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">de lo mal o bien que lo pasaron</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">de que fueron engañadas, vilipendiadas</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">y pasadas a llevar por el macho dominante,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">después cogen conmigo, se enamoran</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">se ponen tiernas, me compran una camisa</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">me mienten diciéndome que soy el mejor poeta de la cuadra,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">me comparan con dos nobel y tres cervantes,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">o con cualquier otro palurdo en ciernes,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">para ellas soy el amante exquisito, el hombre de sus vidas</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">y seguramente seré el padre de sus hijos.</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">después de un tiempo corto o largo de éxtasis</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">después de navegar sobre nubes de algodón</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">después de mucho sexosexosexo</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">de botellas y botellas de cerveza</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">vino, vodka naranja y gin tonic</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">me abandonan, me dejan por un poeta mejor,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">por un artista de circo o por un español llamado paco,</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">me dejan acusándome de ser un macho dominante</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">de que fueron engañadas, vilipendiadas y pasadas a llevar.</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">¡dios salve a mis mujeres!</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">yo no salvé a ninguna.</span><br />
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Hugo Vera Miranda : <a href="http://inmaculadadecepcion.blogspot.com.ar/" target="_blank"> http://inmaculadadecepcion.blogspot.com.ar/</a></span>
</div>
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