Translate

domingo, 29 de mayo de 2011

Silvio Rodriguez ( aquel cantar del aguacero)

Silvio Rodriguez , mariposas

Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero
desde que sé que no vendrás más nunca.
He vuelto a ser aquel cantar del aguacero
que hizo casi legal su abrazo en tu cintura.
Y tú apareces en mi ventana,
suave y pequeña, con alas blancas.
Yo ni respiro para que duermas
y no te vayas.
Que maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
que maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo,
mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas.
Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa.
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo
Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa.
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo
Así eras tú en aquellas tardes divertidas,
así eras tú de furibunda compañera.
Eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera.
Ay, mariposa, tú eres el alma
de los guerreros que aman y cantan,
y eres el nuevo ser que se asoma por mi garganta
Que maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
que maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo,
mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas,
Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa,
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo.
Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa,
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo.
Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa,
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo.
Silvio Rodriguez

Elena Poniatowska, Leonora Carrington, la novia del viento



Dicen que hay blanca, negra y roja. Lo cierto es que Leonora hace magia de todos los colores. Y es la bruja más bella que ha llegado en buen estado a nuestros días. En la Edad Media la quemaron tres veces los inquisidores de Francia, España e Inglaterra. Pero ella salió cada vez más limpia del fuego, hasta quedar convertida en delgada varilla de metal precioso. Porque Leonora Carrington es la pintora que más se parece a sus pinceles, y hasta hay quien dice que pinta con sus pestañas. Como estaba descontenta y Pisanello había pintado ya todos los pájaros del mundo, Leonora se puso a inventar otra vez la realidad. Hizo estudios de zoología fantástica y el Gavilán de Horus vuela por sus cuadros vestido de arlequín.


–Sí, sí, me acaban de regalar el libro de Jorge Luis Borges, pero en sus páginas no he hecho más que saludar a mis antiguos conocidos, Leviatán y Behemot, al Fénix, al ave de Roc, al Cancerbero, al Unicornio y al Ciervo Celestial, al pez Jasconio que San Brandan tomó por una isla y edificó en su lomo una catedral. Conozco a todos los animales metafísicos de Dante y de San Juan. En mis sueños de niña hacía espléndidas cosechas de cabezas de Hidra y de colas de Basilisco.
Pero los seres de tus cuadros superan todas esas imaginaciones. Dime de dónde sacas esas mujeres que al mismo tiempo son ramas, nidos y pájaros, esas monjitas que se ahogan en el vaso de agua de su virtud, esos nigromantes y astrónomos de larguísimos sombreros, esos bosques de fantasmas, de larvas y de hongos venenosos. 

–¿Qué quieres que te diga? A una la visitan los sueños que vienen no se sabe de dónde. Yo creo que mis cuadros son un poco cosas que soñé o pesadillas que tuve.
Y yo que quería que me hablaras de puro surrealismo, de Max Ernst, que hizo tu retrato, y de tus amigos de París. –Ay no, no quiero hablar de eso, pero bueno, pregúntame lo que quieras. Pero es que yo no sé nada del surrealismo y menos del francés, porque aquí en México suceden puras cosas fuera de lo común, ¿o no te parece? Déjame que te pregunte las tonterías de costumbre. Por ejemplo, ¿cuál es para ti el colmo de la felicidad?

–A una persona tonta, una respuesta tonta. Pues quién sabe. Hay que contestar una cosa chistosa. Estar acostada con un buen libro comiendo chocolates. 

¿Cuál es el colmo de la infelicidad?
–Estar con gente aburrida y sin posibilidades de escapar
. 
¿Cuál es tu flor predilecta?
–Bueno, eso depende del país en que estés. Puedes decir que el girasol.

  ¿Quiénes son tus escritores favoritos?
–M. R. James, Robert Graves, James Stevens... 


¿Cuál es tu autor mexicano favorito?
–Tengo una radical imposibilidad para leer en español. Pero he leído a Octavio Paz. 

¿Leíste su poesía o El laberinto de la soledad?
–Su poesía. A mí las teorías no me interesan.
¿Cuál es el hecho histórico que más admiras? 

–Casi ninguno, pero sí. Hay fechas históricas que admiro. Por ejemplo, la Caída del Patriarcado que ocurrirá en el siglo...
¿Cuál es la revolución que deseas? 

–La revolución del hombre contra sí mismo. Esto no es claro. El individuo que hace la revolución contra sí mismo... Elena, tus preguntas no son nada tontas. Son muy difíciles. Yo soy muy iletrada. Leo muy poco.
Pasemos entonces a la pintura. ¿Cuáles son tus pintores favoritos? 

–Paolo Ucello, Brueghel el Viejo y Jerónimo Bosco.
¿Cuál es el pintor mexicano que más admiras? 

–José Luis Cuevas.
¿Cuál es tu color favorito? 

–Un color para mí no existe sin otro color junto a él.
¿Cómo quisieras morir? 

–No me gustaría morir de ninguna manera, pero si debo hacerlo algún día, que sea a los quinientos años de edad y por evaporación lenta.
¿Cuál es tu música favorita? 

–La que tocan los gaiteros de Escocia.
¿Cuál es tu fruta favorita?

  –La nectarina, una fruta que se come en Inglaterra entre ciruela y durazno.
¿Cuál es tu pájaro favorito? 

–La garza. Pero también el ganso. Me gustan muchos los gansos salvajes. También me encantan los patos.
¿En dónde te gustaría vivir? 

–Aquí en México, donde estoy.
¿Cuáles son las cosas más importantes que te han sucedido en la vida?

  –¡Qué horror! Lo más importante que me ha sucedido en la vida son mis dos hijos, pero esas cosas le pasan a cualquiera y las puede hacer todo el mundo.

¿Qué es lo que más te gusta comer? –Chocolate, ajo, mucho ajo y papas. ¿Yo creo que ya, verdad?
Sí, me voy antes de que llueva. –Te podría caer encima una lluvia radiactiva. Dijeron en el periódico que estaba lloviendo radiactivísimamente.




Estas son algunas de las respuestas que Leonora Carrington le dio a Elena Poniatowska en la entrevista que le hizo en 2007, cuando la pintora cumplió 90 años, para el diario mexicano La Jornada. Leonora Carrington murió el jueves pasado, a los 94, en México: nacida en Inglaterra, formada como pintora durante la Segunda Guerra Mundial, fue pareja de Max Ernst y perteneció al círculo de los surrealistas. En 1941 pidió asilo en la embajada mexicana y en 1942 se instaló para siempre en México. Considerada la última surrealista, y una de las pocas pintoras del movimiento (junto a Remedios Varo), fue además escultora y novelista. Poniatowska, su amiga, publicó este año Leonora, la biografía novelada de la pintora, que ganó el Premio Seix Barral de Novela y que en Argentina se editará a mediados de año.

*esta nota fue publicada en el suplemento radar del  el dìario pàgina12 del domingo  29 de mayo 2011

domingo, 22 de mayo de 2011

U2, Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me

U2, Abràzame, estremèceme, bèsame, màtame

No sabes cómo lo consigues,
simplemente sabes qué consigues.
Oh, Señor, has estado robando
a los ladrones y te cogieron.
En los faros
de un coche policial
eres una estrella.

Vistiendo como tu hermana.
Viviendo como una furia.
No saben lo que estás haciendo.
Nena, debe ser arte.
Eres un dolor de cabeza.
En una maleta
eres una estrella.

No seas tímida.
No tienes que quedarte ciega.
Abrázame, estreméceme, bésame, mátame.

No sabes cómo empezaste,
simplemente sabes que lo quieres dejar.
Creyendo en ti misma
casi tanto como dudas.
eres la bomba.
Lo llevas como una imprudente
estrella.

No seas tímida.
Es un crimen llorar.
Abrázame, estreméceme, bésame, mátame.

Quieren que seas Jesús,
se ponen de rodillas,
pero quieren que les devuelvan su dinero
si sigues vivo a los 33
y estás ligando clientes
con tu crucifijo.
Eres una estrella.

(Oh, nena)

Porque no eres tímida
no tienes por qué renegar del amor.
Abrázame, estreméceme, bésame, mátame.
U 2

Lewis Carroll, Alicia en el pais de las maravillas, (fragmento)

Alicia suspiró fastidiada.

-Creo que ustedes podrían encontrar mejor manera de matar el tiempo -dijo- que ir proponiendo adivinanzas sin solución.

-Si conocieras al Tiempo tan bien como lo conozco yo -dijo el Sombrerero-, no hablarías de matarlo. ¡El Tiempo es todo un personaje!

-¡No sé lo que usted quiere decir! -protestó Alicia.

-¡Claro que no lo sabes! -dijo el Sombrerero, arrugando la nariz en un gesto de desprecio- ¡Estoy seguro de que ni siquiera has hablado nunca con el Tiempo!

-Creo que no -respondió Alicia con cautela-. Pero en la clase de música tengo que marcar el tiempo con palmadas.

-¡Ah, eso lo explica todo! -dijo el Sombrerero-. El Tiempo no tolera que le den palmadas. En cambio, si estuvieras en buenas relaciones con él, haría todo lo que tú quisieras con el reloj. Por ejemplo, supón que son las nueve de la mañana, justo la hora de empezar las clases, pues no tendrías más que susurrarle al Tiempo tu deseo y el Tiempo en un abrir y cerrar de ojos haría girar las agujas de tu reloj. ¡La una y media! ¡Hora de comer!
 
(«¡Cómo me gustaría que lo fuera ahora!», se dijo la Liebre de Marzo para sí en un susurro).
 
-Sería estupendo, desde luego -admitió Alicia, pensativa-. Pero entonces todavía no tendría hambre, ¿no le parece?
 
-Quizá no tuvieras hambre al principio -dijo el Sombrerero-. Pero es que podrías hacer que siguiera siendo la una y media todo el rato que tú quisieras.
 
-¿Es esto lo que ustedes hacen con el Tiempo? -preguntó Alicia.
 
El Sombrerero movió la cabeza con pesar.

-¡Yo no! -contestó-. Nos peleamos el pasado marzo, justo antes de que ésta se volviera loca, sabes (y señaló con la cucharilla hacia la Liebre de Marzo).
 
-¿Ah, sí?- preguntó Alicia interesada.
 
-Sí. Sucedió durante el gran concierto que ofreció la Reina de Corazones, y en el que me tocó cantar a mí.
 
-¿Y que cantaste?- preguntó Alicia.
 
-Pues canté: "Brilla, brilla, ratita alada, ¿en que estás tan atareada?". Porque esa canción la conocerás, ¿no?
 
-Quizá me suene de algo, pero no estoy segura.- dijo Alicia.
 
-Tiene más estrofas -siguió el Sombrerero-. Por ejemplo:" Por sobre el Universo vas volando, con una bandeja de teteras llevando. Brilla, brilla..." Bueno -siguió contando su historia el Sombrerero-. Lo cierto es que apenas había terminado yo la primera estrofa, cuando la Reina se puso a gritar: «¡Vaya forma estúpida de matar el tiempo! ¡Que le corten la cabeza!»
 
-¡Qué barbaridad! ¡Vaya fiera! -exclamó Alicia.
 
-Y desde entonces -añadió el Sombrerero con una voz tristísima-, el Tiempo cree que quise matarlo y no quiere hacer nada por mí. Ahora son siempre las seis de la tarde. 

Alicia comprendió de repente todo lo que allí ocurría.

Carlos Drumond de Andrade, Mi corazòn no es màs grande que el mundo

No, mi corazón no es más grande que el mundo.
Es mucho más pequeño.
En él no caben ni mis dolores.
Por eso me gusta tanto contarme a mí mismo
por eso me desvisto, por eso me grito,
por eso frecuento los diarios,
me expongo crudamente en las librerías:
necesito de todos.
Sí, mi corazón es muy pequeño.
Sólo ahora veo que en él caben los hombres.
Los hombres están aquí afuera, están en la calle.
La calle es enorme. Más grande, mucho más grande
de lo que yo esperaba.
Mas en la calle tampoco caben todos los hombres.
La calle es más pequeña que el mundo.
El mundo es grande.
Tú sabes como es grande el mundo.
Conoces los navíos que llevan petróleo y libros, carne y algodón.
Viste los diferentes colores de los hombres,
los diferentes dolores de los hombres,
sabes cómo es difícil sufrir todo eso, amontonar todo eso
en un solo pecho de hombre… sin que estalle.
Cierra los ojos y olvida.
Escucha el agua en los vidrios tan calmada. No anuncia nada.
Sin embargo, se escurre en las manos,
¡tan calmada! va inundando todo…
¿Renacerán las ciudades sumergidas?
¿Los hombres sumergidos -volverán?
Mi corazón no sabe.
Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón.
Sólo ahora descubro cómo es triste ignorar ciertas cosas.
(En la soledad de individuo
desaprendí el lenguaje
con que los hombres se comunican).
Otrora escuché a los ángeles, las sonatas, los poemas,
las confesiones patéticas.
Nunca escuché voz de gente. En verdad soy muy pobre.
Otrora viajé por países imaginarios, fáciles de habitar,
islas sin problemas, no obstante exhaustivas
y convocando al suicidio.
Mis amigos se fueron a las islas.
Las islas pierden al hombre.
Sin embargo algunos se salvaron y trajeron la noticia
de que el mundo, el gran mundo está creciendo todos los días,
entre el fuego y el amor.
Entonces, mi corazón también puede crecer.
Entre el amor y el fuego,
entre la vida y el fuego,
mi corazón crece diez metros y explota.
-¡Oh vida futura! nosotros te crearemos.
Carlos Drumond De Andrade 

sábado, 21 de mayo de 2011

El Show de Alejandro Molina...capítulo 3- -parte 2

El Show de Alejandro Molina...capítulo 3-

Joaquin Sabina , ay Calixto, fragmento

...y esos malditos
ojazos
de gato
en celo
y aquella mata
de pelo
como una hogera
y unas pestañas
con telarañas
de terciopelo
y esas caderas
que estaban hechas para pecar
por las escaleras,
para enseñarle el pajar,
para esperar en la era
para mancharle el vestido
para cantarle al oido
“reloj no marques las horas”
para quitarse el sombrero
que señora,
caballero
que señora...
Joaquin Sabina
foto: Nilgun Kara

Caetano y Ney , tigresa

Caetano Veloso, tigresa

Una tigresa de uñas negras
y iris color de miel
una mujer, una belleza
que me aconteciò
Refregando la piel de oro marron
de su cuerpo contra el mio
me hablo que el mal es bueno
y el bien, cruel
Mientras los pelos de esa diosa
tiemblan al viento ateo
ella me cuenta sin certeza
todo lo que viviò
que le gustaba la polìtica en 1966
y hoy danza la frenètica danza
ella me cuenta que era actria, que trabajo en  Hair
con algunos hombres fue feliz
con otros fue mujer
que tiene mucho odio en el corazon
que ha dado mucho amor
desparramando muito plazer y mucho dolor
pero ella al mismo tiempo dice
que todo va a cambiar
porque ella va a hacer lo que queria
en un lugar donde la naturaleza feliz
vivan siempre en comuniòn
y la tigresa pueda màs que el  leòn
las garras de la felina
me marcaron el corazòn
Pero las estupideces de la muchacha
que dice no
y yo corri para mi guitarra en un lamento
y  la mañana naciò azul
como es bueno tocar un instrumento
Caetano Veloso














viernes, 20 de mayo de 2011

Jack Johnson, Upside Down

Jack Johnson, al revès

Quièn puede decir lo que es imposible.
Bueno, lo olvidaron este mundo sigue girando
y con cada nuevo dia
puedo sentir un cambio en todo.

Y mientras la superficie se rompe,

los reflejos se desvanecen,
pero en cierta forma siguen siendo iguales
y mientras mi mente empieza a desplegar sus alas
la curiosidad no se detiene

Quiero poner todo al revès

Encontrarè las cosas que dicen que no pueden ser halladas,
Compartirè este amor con cualquiera que encuentre,
Cantaremos y bailaremos las canciones de la madre naturaleza,
No quiero que esta sensaciòn se vaya.

Quièn dice que no puedo hacerlo todo

Bueno, puedo intentarlo.
Y mientras llego y empiezo a encontrar, las cosas no siempre son lo que parecen.

Quiero poner todo al revès

Encontrarè las cosas que dicen que no pueden ser halladas,
Compartirè este amor con cualquiera que encuentre,
Cantaremos y bailaremos las canciones de la madre naturaleza,
Este mundo sigue girando y no hay tiempo que perder.
Sì, sigue girando, girando, una y otra vez.

Al revès,

Quien puede decir lo que es imposible y no puede ser hayado,
No quiero que esta sensaciòn se vaya

Por favor, no te vayas.


Por favor, no te vayas.

Por favor, no te vayas.
Por favor, no te vayas.

¿Se supone que esto debe ser asi?

¿Se supone que esto debe ser asi?

jueves, 19 de mayo de 2011

Easy Rider, sobre la libertad

Jorge Luis Borges, La leyenda


Abel y Caín se encontraron después de la muerte de Abel. Caminaban
por el desierto y se reconocieron desde lejos, porque los dos eran muy
altos. Los hermanos se sentaron en la tierra, hicieron un fuego y comieron.
Guardaban silencio, a la manera de la gente cansada cuando declina el día.
En el cielo asomaba alguna estrella, que aún no había recibido su nombre.
A la luz de las llamas, Caín advirtió en la frente de Abel la marca de la piedra
y dejó caer el pan que estaba por llevarse a la boca y pidió que le fuera
perdonado su crimen.
Abel contestó:
-¿Tú me has matado o yo te he matado? Ya no recuerdo; aquí estamos
juntos como antes.
-Ahora sé que en verdad me has perdonado -dijo Caín-, porque olvidar es
perdonar. Yo trataré también de olvidar.
Abel dijo despacio:
-Así es. Mientras dura el remordimiento dura la culpa.
Jorge Luis Borges

Carlos Drumond de Andrade, el mundo es grande





El mundo es grande y cabe
en esta ventana sobre el mar.
El mar es grande y cabe
en la cama y en el colchón de amar.
El amor es grande y cabe
en el breve espacio de besar.
Carlos Drumond de Andrade

Hugh Laurie - Guess I'm A Fool (el dr House sigue cantando blues)

Jorge Curinao,




Recuerdo un viaje a Bariloche. Era verano y el mar ardía. Yo aún era un niño. Recuerdo unos payasos en la plaza y un milenario alerce. Recuerdo las fotos con el perro. Recuerdo el baño del hotel. Recuerdo cómo se abrían los caminos al cerrar los ojos. 
Jorge Curinao
foto , bosque de la patagonia 

Johnny Cash , Hurt

Johnny Cash , daño ( una letra impresionante)

Me hice daño hoy
para ver si todavia sentia
me concentre en el dolor
la unica cosa que es real
la aguja llora un hoyo
la antigua serie familiar
intentando matarlo
pero yo recuerdo todo

En que me he convertido
mi mas dulce amigo
todos los que conozco se van
en el final
y tu puedes tenerlo todo
mi imperio de polvo
yo te dejare tirado
yo te hare sufrir

Yo uso esta corona de espinas
encima de mi silla de metiras
llena de pensamientos rotos
que yo no puedo reparar
bajo las manchas del tiempo
los sentidos desaparecen
tu eres otra persona mas
yo sigo de pie aqui

En que me he convertido
mi mas dulce amigo
todos los que conozco se van
en el final
y tu puedes tenerlo todo
mi imperio de polvo
yo te dejare tirado
yo te hare sufrir

Si pudiera empezar de nuevo
un millon de millas lejos de aqui
yo me mantendria igual
yo encontraria una forma
Johnny Cash 


Jorge Boccanera, la ilusiòn

Está dormida, sueña, sus párpados esconden un
aplauso cerrado, un puñal de hojalata, un
castillo de mimbre.
Seguro que en su sueño alguien está soplando un
almohadón de plumas y ella viaja y visita.
Los 33 Billares o El Blanquita
(Hoy: Los Imperio, Ana Libia, Los Tres Ases,
Paco Miller y su muñeco don Roque),
y trae una botella en cada mano.

-Ahora está soñando. ¿Con quién sueña? ¿Lo
sabes?
-Nadie lo sabe.
-Sueña contigo. Y si dejara de soñar, ¿qué sería
de tí?
-No lo sé.
-Desaparecerías. Eres una figura de su sueño. Si
se despertara ese Rey te apagarías como
una vela.
Pero ella está borracha y lo que sueña es tan
vertiginoso que no puedo seguirla.
Habrá que adivinar, mis ojos fijos en su cuerpo
que se estremece,
se sacude,
que respinga,
que tiembla,
como una telaraña en la cuna vacía.
Jorge Boccanera 

martes, 17 de mayo de 2011

Caetano Veloso, Eu seì que vou te amar

Vinicius de Moraes, Yo sè que te voy amar

Yo se que te voy amar
por toda mi vida, yo te voy a amar
A cada despedida, yo te voy amar
deseperadamente
yo sè que te voy a amar
y cada verso mio serà 
para decirte que yo sè que te voy amar
por toda mi vida
Yo sè que te voy llorar
a cada ausencia tuya yo voy a llorar
y cada vuelta tuya ha de apagar
lo que esa ausencia tuya me causô
Yo sè que voy a sufrir
la eterna desventura de vivir a tu lado
por toda mi vida
Vinicius de Moraes

The Beatles, real love

William Butler Yeats, La muerte



Ni temor ni esperanza dan auxilio
Al animal que muere;
Un hombre aguarda su final
Con temor y esperanza,
Muchas veces murió
Muchas veces resucitó
Un hombre en su esplendor
Al dar con asesinos,
Se toma con desdén
El cambio del aliento.
Sabe de muerte hasta los huesos.
El hombre creó la muerte.
William Butler Yeats

Julio Cortazar, el otro cielo (fragmento)

Pudo ser coincidencia, pero haberla conocido allí, mientras llovía en el otro mundo, el del cielo alto y sin guirnaldas de la calle, me pareció un signo que iba más allá del encuentro trivial con cualquiera de las prostitutas del barrio. Después supe que en esos días Josiane no se alejaba de la galería porque era la época en que no se hablaba más que de los crímenes de Laurent y la pobre vivía aterrada. Algo de ese terror se trasformaba en gracia, en gestos casi esquivos, en puro deseo. Recuerdo su manera de mirarme entre codiciosa y desconfiada, sus preguntas que fingían indiferencia, mi casi incrédulo encanto al enterarme de que vivía en los altos de la galería, mi insistencia en subir a su bohardilla en vez de ir al hotel de la me du Sentier (donde ella tenía amigos y se sentía protegida). Y su confianza más tarde, cómo nos reímos esa noche a la sola idea de que yo pudiera ser Laurent, y qué bonita y dulce era Josiane en su bohardilla de novela barata, con el miedo al estrangulador rondando por París y esa manera de apretarse más y más contra mí mientras pasábamos revista a los asesinatos de Laurent.
Julio Cortazar  
para leer el cuento completo: http://www.juliocortazar.com.ar/cuentos/elotro.htm
foto:
BRUCE DAVIDSON

lunes, 16 de mayo de 2011

Paralamas, Quase un segundo

Paralamas, casi un segundo

Yo quería ver en el oscuro del mundo
Y ver lo que me hace falta ver
Cómo conocer lo qué te agrada
Y eso ponerme a hacer
Si son colores
Si son cosas
Cómo saber?
Yo tuvo un sueño
Y yo desperté llorando
Por eso te llamé

Será que tal vez aún piensas en mí
Será que tal vez aún piensas...

A veces te odio por casi un segundo
Después te amo más
Tus pelos, tus manos, tu rostro
Todo lo que no me deja en paz

Si son colores,
Si son cosas
Cómo saber
Yo tuvo un sueño
Y yo desperté llorando
Por eso te llamé

Será que tal vez aún piensas en mí
Será que tal vez aún piensas...
Paralamas 

Andrè Breton, nudo de espejos

Las bellas ventanas abiertas y cerradas
Suspendidas de los labios del día
Las bellas ventanas en camisa
Las bellas ventanas de cabellos de fuego en la noche negra
Las bellas ventanas de gritos de alarma y de besos
Encima de mí debajo de mí detrás de mí están menos que en mí
En donde sólo forman un único cristal azul como los trigos
Un diamante divisible en tantos diamantes como se necesitarían para bañar a todos los bengalíes
Y las estaciones que no son cuatro sino quince o dieciséis
En mí entre las cuales está aquella en donde el metal florece
Aquella cuya sonrisa es tenue como un encaje
Aquella cuyo rocío al atardecer une las mujeres y las piedras
Las estaciones luminosas como el interior de una manzana de la que se hubiera desprendido un trozo
O como un barrio excéntrico habitado por seres que están en combinación con el viento
O como el viento del espíritu que de noche hierra de pájaros sin límites a los caballos con ollares de álgebra
(...)
Andrè Breton 

Jorge Luis Borges; Ulrica (fragmento)


... Tomados de la mano seguimos.

-Todo esto es como un sueño -dije- y yo nunca sueño.

-Como aquel rey -replicó Ulrica- que no soñó hasta que un hechicero lo hizo dormir en una pocilga.

Agregó después.

-Oye bien. Un pájaro está por cantar.

Al poco rato oímos el canto.

-En estas tierras -dije-, piensan que quien está por morir prevé el futuro.

Y yo estoy por morir -dijo ella.

La miré atónito.

-Cortemos por el bosque -la urgí-. Arribaremos más pronto a Thorgate.

-El bosque es peligroso -replicó.

Seguimos pos lor páramos.

-Yo querría que este momento durara siempre -murmuré.

-Siempre es una palabra que no está permitida a los hombres -afirmó Ulrica y, para aminorar el énfasis, me pidió que le repitiera mi nombre, que no había oído bien.

-Javier Otálora- le dije.

Quiso repetirlo y no pudo. Yo fracasé, parejamente, con el nombre de Ulrikke.

-Te llamaré Sigurd- declaró con una sonrisa.

Si soy Sigurd -le repliqué- tu serás Brynhild.

Había demorado el paso.

-¿Conoces la saga?- le pregunté.

-Por supuesto -me dijo-. La trágica historia que los alemanes echaron a perder con sus tardíos Nibelungos.

No quise discutir y le respondí:

-Brynhild, caminas como si quisieras que entre los dos hubiera una espada en el lecho.

Estábamos de golpe ante la posada. No me sorprendió que se llamara, como la otra, el Northern Inn.

Desde lo alto de la escalinata, Ulrica me gritó:

-¿Oíste el lobo? Ya no quedan lobos en Inglaterra. Apresúrate.

Al subir al piso alto, noté que las paredes estaban empapeladas a la manera de William Morris, de un rojo muy profundo, con entrelazados frutos y pájaros. Ulrica entró primero. El aposento oscuro era bajo, con un techo a dos aguas. El esperado lecho se duplicaba en un vago cristal y la bruñida caoba me recordó el espejo de la Escritura. Ulrica ya se había desvestido. Me llamó por mi verdadero nombre, Javier. Sentí que la nieve arreciaba. Ya no quedaba muebles ni espejos. No había una espada entre los dos. Como la arena se iba al tiempo. Secular en la sombra fluyó el amor y poseí por primera y última vez la imagen de Ulrica. 
 Jorge Luis Borges
Para leer el cuento completo: 
www4.loscuentos.net/cuentos/other/3/10/99/

Los redondos ( hay mucho vino malicioso y poco del mejor)

Los redondos , yo no me caì del cielo

Nena no quiero perderte
No pases de todo
Que no esta tan mal.

Yo no me caí del cielo
Pero si de un bar muy triste.

Nena,
Nena hay mucho olor a gato
Nena no quiero perderte
Si quieres puedes apostar.

Nena,
Hay alegrías y alegrías
Hay mucho vino malicioso
Y poco vino del mejor.

Nena no quiero perderte

no pases de todo
que no està tan mal 


Nena no quiero perderte no, no
No pases de todo, no, no
que no està tan mal


 
Yo no me caí del cielo 
Pero si de un bar muy triste. 
 
Nena,  
Nena hay mucho olor a gato 
Nena no quiero perderte 
Si quieres puedes apostar. 
 
Nena, 
Hay alegrías y alegrías 
Hay mucho vino malicioso  
Y poco vino del mejor.

Los redondos 

domingo, 15 de mayo de 2011

Hugh Laurie (dr House)Swanee River

Muro existencial


esta imagen fue publicada en el blog comogastoparedesrecordàndote.y fue cedida amablemente por su bloguero  para visitarlo: http://deyesoymiel.blogspot.com/

Beck, Lost Cause

Beck, causa perdida

Tus ojos arrepentidos, cortan hasta el hueso
Hacen difícil dejarte sola
Dejarte aquí, cargando con tus heridas
Agitando tus armas, para alguien Nuevo

Amor estas perdida
Amor estas perdida
Amor eres una causa perdida

Hay mucha gente, que solías conocer
Te ven venir y te ven partir
Saben tus secretos y tú los suyos
Este pueblo está loco y a nadie le importa

Amor estas perdida
Amor estas perdida
Amor eres una causa perdida

Estoy cansado de pelear
Estoy cansado de pelear
Pelear por una causa perdida

Hay un lugar donde irás
En donde no has estado antes
Nadie cubrirá tus espaldas
Nadie estará parado en tu puerta
Para eso pensabas que servía el amor

Amor estas perdida
Amor estas perdida
Amor eres una causa perdida

Estoy cansado de pelear
Estoy cansado de pelear
Pelear por una causa perdida
Beck

Italo Calvino, las ciudades y el deseo (2)

Al cabo de tres jornadas, andando hacia el mediodía, el hombre se encuentra
en Anastasia, ciudad bañada por canales concéntricos y sobrevolada por cometas.
Debería ahora enumerar las mercancías que se compran a buen precio: ágata, ónix crisopacio y otras variedades de calcedonia; alabar la carne del faisán dorado que se cocina sobre la llama de leña de cerezo estacionada y se espolvorea con mucho orégano; hablar de las mujeres que he visto bañarse en el estanque de un jardín y que a veces -así cuentan- invitan al viajero a desvestirse con ellas y a perseguirlas en el agua. Pero con estas noticias no te diré la verdadera esencia de la ciudad: porque mientras la descripción de Anastasia no hace sino despertar los deseos uno por uno, para obligarte a ahogarlos, a quien se encuentra una mañana en medio de Anastasia
los deseos se le despiertan todos juntos y lo circundan. La ciudad se te aparece como un todo en el que ningún deseo se pierde y del que tú formas parte, y como ella goza de todo lo que tú no gozas, no te queda sino habitar ese deseo y contentarte. Tal poder, que a veces dicen maligno, a veces benigno, tiene Anastasia, ciudad engañadora: si durante ocho horas al día trabajas como tallador de ágatas ónicescrisopacios, tu afán que da forma al deseo toma del deseo su forma, y crees que gozas por toda Anastasia cuando sólo eres su esclavo.
Italo Calvino 

Grandes Fotògrafos

Juan Gelman, mi buenos aires querido



Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces  míos
que entre tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.

Juan Gelman  
foto Paola Leija

sábado, 14 de mayo de 2011

Charly Garcia , a punto de caer

Charly Garcia , a punto de caer

Viajaste de verdad
pasaste sustos
saltaste la pared
cambiando.
Yo estaba en un lugar
a punto de caer
y aunque te parezca extraño
música es lo que das.
Si estás así
piensa.
El problema no está aquí.
Cambiar es bien
aún sin amor
aún sin creer
Entiende
Donde estoy.
Quizás tendrás que ver
a dónde vas
Piensalo otra vez
entiende y ten valor.
Salta y se feliz.
Intenta
para que fingir
no vale la pena.
Música es lo que me das.
Charly Garcia 

Fernando Pessoa, Escrito en un libro abandonado en viaje

Vengo del lado de la Beja.
Voy al centro de Lisboa.
Nada traigo y nada encontraré.
Tengo el cansancio anticipado de lo que no encontraré
Y la nostalgia que sientoque no es del pasado ni del futuro.
Dejo escrita en este librola imagen de mi designio muerto:
Fui como hierbas, y no me arrancaron.
Fernando Pessoa

Recordando el Show de Alejandro Molina ... Capítulo 2 - video 2/2 - Encuentro

Recordando el Show de Alejandro Molina ... Capítulo 2 - video 1/2 (anal Encuentro

Hundertwasser (Friedrich Stowasser); Tu derecho a la ventana. Tu deber hacia el árbol

 El derecho a la ventana
El que vive en una casa debe tener derecho a asomarse a su ventana y a diseñar como le apetezca todo el trozo de muro exterior que pueda alcanzar con el brazo. Así será evidente para todo el mundo desde la lejanía que allí vive una persona.
Seckau, 1958.

Nos asfixiamos en las ciudades a causa de la contaminación atmosférica y la falta de oxígeno.
La vegetación que nos permite vivir y respirar está siendo destruida sistemáticamente.
 Nuestra existencia está perdiendo dignidad.
Pasamos por delante de fachadas grises y estériles, sin darnos cuenta que estamos condenados a vivir en celdas de cárcel.
Si queremos sobrevivir, todos tenemos que actuar.
Cada uno de nosotros debe diseñar su propio ambiente.
No puedes quedarse esperando a que las autoridades te concedan el permiso.
Los muros exteriores te pertenecen tanto como tu ropa y el interior de tu casa.
Cualquier clase de diseño personal es mejor que la esteril muerte.
Tienes derecho a diseñar a tu gusto tus ventanas y los muros exteriores, hasta lo que alcanze tu brazo.
Hay que ignorar los reglamententos que prohibien o restringen este derecho.
Es tu deber ayudar a la vegetación a conseguir sus derechos con todos los medios a tu alcance.
La naturaleza debe crecer libremente donde cae la lluvia y la nieve; lo que está blanco en invierno, debe ser verde en verano.
Todo lo que se extiende en horizontal bajo el cielo, pertenece a la naturaleza. En las carreteras y los tejados deben plantearse árboles. 
Hay que conseguir que se pueda respirar de nuevo el aire del bosque en la ciudad.
La relación entre el hombre y el árbol tiene que adquirir proporciones religiosas.
Así, la gente entenderá por fin la frase: la línea recta es atea.
Dusseldorf, 27 de febrero 1972.
foto: Colonia del Sacramento Uruguay 


domingo, 8 de mayo de 2011

Harry Clarke

Georges Bataille , Véndame los ojos...








Véndame los ojos
amo la noche
mi corazón es negro.

Empújame a la noche
todo es falso
sufro.

El mundo huele a muerte
los pájaros vuelan con los ojos reventados
eres sombría como un cielo negro
Georges Bataille

Nick Cave, into my arms

Robert Desnos, La idea fija

LA IDEA FIJA

Te traigo una pequeña alga que se revolvía
en la espuma del mar, y este peine.
Pero tus cabellos están mejor trenzados
que las nubes con el viento con los rubores celestes
y están de tal manera estremecidos de vida y de sollozos
que al retorcerse a veces entre mis manos
mueren junto a las olas y los arrecifes de la orilla
con tanta abundancia que hará falta mucho tiempo
para ya no esperar los perfumes y su huida
con la noche durante la que este peine marca sin moverse
las estrellas sepultadas en su rápido y sedoso curso
atravesado por mis dedos que solicitan aún a su raíz
la caricia húmeda de un mar más peligroso
que aquél donde esta alga fue recogida
entre la espuma dispersa de una tempestad.

Una estrella que muere se parece a tus labios
que azulean como el vino derramado sobre el mantel
Transcurre un instante con hondura de mina
La antracita se queja sordamente
y cae en copos sobre la ciudad
Hace frío en el callejón sin salida donde te conocí
Un número olvidado en una casa en ruinas
creo que el número 4
Te reencontraré dentro de pocos días
cerca de esa maceta de flores estrelladas
Las minas roncan sordamente
Los techos están cubiertos de antracita

Este peine en tus cabellos parece el fin del mundo
El humo el ave ancestral y al arrendajo
allá se acabaron las rosas y las esmeraldas
las piedras preciosas y las flores
La tierra se desmorona y se estrella
con el ruido de una plancha sobre el nácar
pero tus cabellos tan bien trenzados
tienen la forma de una mano
Robert Desnos

sábado, 7 de mayo de 2011

La Bersuit, (preciosa canciòn)

Haruki Murakami. De qué hablo cuando hablo de correr (fragmento)

"En mi caso, la mayoría de lo que sé sobre la escritura lo he ido aprendiendo corriendo por la calle cada mañana. De un modo natural, físico y práctico. ¿En qué medida y hasta dónde debo forzarme? ¿Cuánto descanso está justificado y cuánto es excesivo? ¿Hasta dónde llega la adecuada coherencia y a partir de dónde empieza la mezquindad? ¿Cuánto debo fijarme en el paisaje exterior y cuánto concentrarme profundamente en mi interior? ¿Hasta qué punto debo creer firmemente en mi capacidad y hasta qué punto debo dudar de ella?"
 Haruki Murakami

Recordando al Show de Alejandro Molina... capítulo 1- video 2 / 2

Recordando al Show de Alejandro Molina... capítulo 1- video 1 / 2

Oliverio Girondo, expiacion

Allí,
bajo la tierra,
más lejos que los ruidos,
que el polvo,
que las tumbas;
más allá del azufre,
del agua,
de las piedras;
allí,
en lo convulso,
donde todo se parte,
donde todo se funde,
en ígneo cataclismo,
en calcinante escoria,
en bullente derrumbe,
en mineral catástrofe;
allí, allí
en cráteres
inestables,
voraces,
en fétidos apriscos,
en valles torturados;
allí,
en lo caótico;
sumido
amalgamado
en una pasta informe,
viscosa,
putrefacta;
las lenguas carcomidas por vocablos hipócritas,
los pulmones que criban anhelos de serpiente,
las esponjosas manos embebidas de usura,
las vísceras heladas de batracios humanos,
los sexos que trafican disfrazados de arcángeles,
las vértebras roídas por rencores insomnes,
todo, todo
hacinado,
revuelto,
confundido,
en un turbio amasijo
de infección
y de pústulas;
adentro del estruendo,
hundido en el abismo,
en una pira enorme
de expiación,
de exterminio.
Allí,
en lo profundo,
debajo de la tierra.
Oliverio Girondo