La
mayoría de mis amigos están allí. En el infierno. No hace ni frío ni
calor. Ni agradable ni
desagradable. Ni día ni noche, sólo un atardecer
lánguido de domingo. Veo a Fabián que viene a mi encuentro. Está
desencantado y me dice que él esperaba otra cosa. No le hago mucho caso
ya que en vida, él siempre esperaba otra cosa. Luego me encuentro con
Cea. Siempre despotricando. Me dice que es una mierda. Tampoco le hago
mucho caso ya que en vida él siempre decía que todo era una mierda. Veo a
la Madre Teresa. Bukowski, Florencia Oriolo, Mandela. Hitler, Juan
Pablo II, Rajoy, Marcela Muñoz Molina, Javier Molinero, Herbert Mundy,
Anxos Sumai y otra gente. Mucha gente. Todos caminan con una bolsa de
tuercas atadas al cuello. Conocidos y desconocidos. Le pregunto a
alguien al pasar qué pasa. Quién mierda está en el Cielo. Ese alguien al pasar
me dice que el Cielo no existe. Que nunca existió, que solamente el
infierno existe. Le pregunto el porqué de las tuercas. Me dice que vaya
y se lo pregunte al Diablo. Dónde está él le pregunto. Me contesta que
en todo lugar y en ningún lugar. Grito y me despierta mi alarido.
Hugo Vera Miranda: http://inmaculadadecepcion.blogspot.com.ar/
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