Me
podría definir como poeta, sicario y artista porno. No en ese orden. En
mis ratos libres leo a Joyce. Suelo escuchar a Haydn. Cada cierto
tiempo escribo un poema. Hay días que mato por encargo. Hay días en que
monto a una yegua. No podría decir que soy el chico de tu sueños. Nadie
definitivamente lo es. Pero bueno… soy lo que soy. Una mezcla de un poco
de algo con un poco de nada. Como casi todos. Adoré a muchos dioses. De
este mundo y del otro. Luego los dioses se difuminaron. Se diluyeron y
se fueron de farra por ahí. Me encontré solo. Sin nadie a quien seguir.
Sin nadie en quién creer. Y yo solamente era un poeta, un sicario y un
artista porno. Posiblemente el único. Aquello no lo puedo asegurar. Debí
viajar a la deriva. Eludiendo mandobles de alto vuelo. Más solo que la
soledad. Debí pelear con mi sombra y ser derrotado. Y ahora estoy aquí.
Al final del túnel. En donde los dados no juegan a mi favor. No soy nada
más que un montón de nada. Y eso es todo.
Hugo Vera Miranda
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