Dario Sztajnszrajber, el amor al cine ( Paris, Texas)
Domingo
22 hs en el ciclo "El amor al cine", del canal encuentro de Argentina se proyectarà "Paris, Texas". Tremenda
película de Wim Wenders sobre el amor y sus consecuencias...
Paris, Texas
Un hombre andrajoso sin rumbo deambula por el desierto de Texas. No
habla. Nada sabemos de él. Se desploma. Alguien lo socorre. Hay un
número de teléfono. Aparece un hermano que nos cuenta que Travis hace 4
años se encuentra desaparecido. La sensación que queda es que hace 4
años se encuentra a la deriva.
Letal y clásico comienzo de esta película de Wim Wenders que tal vez sea
la metáfora misma de la condición humana: un desierto vacío e inmenso,
un peregrinaje sin fin y sin sentido, la palabra ausente o la sensación
previa a la palabra. Pero la civilización es otra cosa: la ciudad, la
estabilidad y sobre todo mucho ruido. El hermano regresa a Travis a la
cultura y así podemos reconstruir su exilio: no sabemos por qué, pero en
algún momento Travis se quebró y desapareció, dejando todo, pero sobre
todo a un hijo. Paris, Texas es la historia de Travis recobrando la
memoria, atravesado por la tensión entre el desierto y la civilización,
por la libertad y los mandatos. París, Texas es ese hijo que nos golpea
en las zonas más primitivas, dejando sin efecto cualquier decisión y
obligándonos a vérnosla contra nosotros mismos. En el nombre de Hunter,
su hijo, Travis decide hacerse cargo de su destino.
Un hijo es
una excedencia de amor. Es excedencia porque sobrevive incluso a su
desaparición. Los amores empiezan y terminan: los hijos permanecen y son
huella de nuestra historia. Pero son huellas vivas que nos obligan a
seguir amando. Nos obligan como si se tratara de un deber más allá de la
razón: tocan nuestra fibra porque son nuestra fibra. Nos exigen
apertura: el desprendimiento de nuestros deseos y sobre todo el ir en
contra incluso de lo propio. De la palabra “propio” proviene “propiedad”
que es justamente todo lo que un hijo no es: no es propio porque no nos
pertenece, sino que se encuentra más acá de lo propio, en esa zona
previa a las propiedades donde todo lo nuestro se constituye en el amor
por el otro...
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