Nunca
se vio en Gelo algo tan cómico. Salió de entre el roto metal con paso
vacilante, movió la boca, desde el principio nos hizo reír con esas
piernas tan largas, esos dos ojos de pupilas tan increíblemente redondas.
Le dimos grubas, y linas, y kialas.
Pero
no quiso recibirlas, fíjate, ni siquiera aceptó las kialas, fue tan
cómico verlo rechazar todo que las risas de la multitud se oyeron hasta
el valle vecino.
Pronto
se corrió la voz de que estaba entre nosotros, de todas partes vinieron
a verlo, él parecía cada vez más ridículo, siempre rechazando las
kialas. La risa de cuantos lo miraban eran tan vasta como una tempestad en el mar.
Pasaron los días, de las antípodas trajeron margas, lo mismo, no quiso ni verlas, fue para torcerse de la risa.
Pero
lo mejor de todo fue el final: se acostó en la colina, de cara a las
estrellas, se quedó quieto, la respiración se le fue debilitando, cuando
dejó de respirar tenía los ojos llenos de agua.
Sí, no querrás creerlo pero los ojos se le llenaron de agua, d-e-a-g-u-a, como lo oyes.
Nunca, nunca se vio en Gelo nada tan cómicoHéctor Germán Oesterheld,
quien narra el cuento?. como relacionas el titulo del relato con el contenido?.
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