Este adiós no maquilla
un hasta luego,
este nunca no esconde
un ojala,
estas cenizas no juegan
con fuego,
este ciego no mira
para atrás.
Este notario firma lo
que escribo,
esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después.
A este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir.
Este pez ya no muere por tu boca,
este loco se va con otra loca,
estos ojos no lloran más por ti.
Este bálsamo no cura cicatrices,Esta rumbita no sabe enamorar,
Este rosario de cuentas infelices
Calla más de lo que dice Pero dice la verdad.
Este almacén de sábanas que no arden,
Este teléfono sin contestador,
La llamaré mañana, hoy se me hizo tarde,
Esta forma tan cobarde De no decirnos que no.
Este contigo, este sin ti tan amargo,
Este reloj de arena del arenal,
Esta huelga de besos, este letargo,
Estos pantalones largos
Para el viejo peter pan.
Esta cómoda sin braguitas de zara,
El tour del soho desde un rojo autobús,
Estos ojos que no miden ni comparan
Ni se olvidan de tu cara
Ni se acuerdan de tu cruz.
No abuses de mi inspiración,
No acuses a mi corazón
Tan maltrecho y ajado
Que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
Se filtra la desolación
De saber que estos son
Los últimos versos que te escribo,
Para decir condios a los dos nos sobran los motivos.
Esta paya tan lejos de su gitano,
Este penal del puerto sin vis a vis,
Esta guerra civil, este mano a mano,
Estos moros y cristianos,
Este muro de berlín.
Este virus que no muere ni nos mata,
Esta amnesia en el cielo del paladar,
La limusina del polvo por manhattan,
El invierno en mar del plata,
Los versos del capitán.
Este hacerse mayor sin delicadeza,
Esta espalda mojada de moscatel,
Este valle de fábricas de tristeza,
Esta espuma de certeza,
Esta colmena sin miel.
Este borrón de sangre y de tinta china,
Este baño sin rimmel ni nembutal,
Estos huesos que vuelven de la oficina,
Dentro de una gabardina
Con manchas de soledad.
No abuses de mi inspiración,
No acuses a mi corazón
Tan maltrecho y ajado
Que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
Se filtra la desolación
De saber que estos son
Los últimos versos que te escribo,
Para decir condios a los dos nos sobran los motivos.
Joaquìn Sabina
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