Allá arriba, en el cielo, las cortinas ondularon, las cortinas ondularon, las cortinas
ondularon y Mona Lisa entró por un extremo de una pequeña sala en la que colgaban
muchas cortinas.
Allá arriba, en el cielo, las cortinas ondularon, ondularon, ondularon, y el Buda
entró en la sala por el otro extremo.
Se sonrieron.
Spencer Hols
Spencer Hols
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