En un circo pobre cada artista tiene que cumplir varias funciones. Si
nos fijamos bien, sin dejarnos engañar por el cambio de traje y
maquillaje, veremos que muchos tratan de aprovechar sus habilidades en
varias suertes. Por ejemplo, la equilibrista es la écuyère, los
acróbatas son contorsionistas, el director del circo es el boletero y
también el mago (ante el público, ante los acreedores). Algunos son más
difíciles de descubrir, porque eligen papeles muy distintos entre sí,
como la trapecista que hace de mono amaestrado (o al revés), los
elefantes que trabajan de acomodadores, los payasos convertidos en aro
de fuego. Pero la prueba más difícil es la del domador, que es también
el tigre, cuando tiene que meter la cabeza adentro de su propia boca.
Ana Maria Shua
Ana Maria Shua
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