Dos puntos que se atraen no tienen
por qué elegir forzosamente la recta.
Claro quees el procedimiento más corto.
Pero hay quienes prefieren el infinito.
Las gentes caen unas en brazos de otras
sin detallar la aventura.
Cuando mucho, avanzan en zig-zag. Pero
una vez en la meta corrigen la desviación
yse acoplan.
Tan brusco amor es un choque, y los que
así se afrontaron son devueltos al puntodepartida por un efecto de culata.
Demasiados
proyectiles, su camino al revés los
incrusta de nuevo, repasando el cañón,
en un cartucho sin pólvora.
De vez en cuando, una pareja se aparta de esta regla invariable.
Su propósito es francamente lineal, y no carece de rectitud. Misteriosamente,
optan por el laberinto. No pueden vivir separados. Ésta es su única certeza,
y van a perderla buscándose. Cada uno de ellos comete un error y provoca el
encuentro, el otro finge no darse cuenta y pasa sin saludar.
J. J. Arreola
foto: Antonio Jimenez Campos
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