Un pueblo escucha desolado
el canto de un pájaro herido.
Es el único pájaro del pueblo
y es el único gato del pueblo
que lo ha devorado a medias.
Y el pájaro cesa de cantar
el gato cesa de ronronear
y de relamerse el hocico.
Y el pueblo le hace al pájaro
maravillosos funerales.
Y el gato que está invitado
marcha detrás del pequeño ataúd de paja
donde el pájaro muerto está estirado
llevado por una niñita
que no deja de llorar.
Si hubiera sabido que eso te daba tanta pena,
le dice el gato,
me lo hubiera comido del todo
y después te hubiera contado
que lo había visto volarse
volarse hasta el fin del mundo
allá donde es tan lejos
que nunca se vuelve.
Tu hubieras tenido menos pena
Simplemente tristeza y aflicción
Nunca hay que hacer las cosas a medias.
Jacques Prevert
foto: Victor Aranda Garcia
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