Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flores de fuego.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
muy bueno!
ResponderEliminarsalud!
¡qué poeta, Vallejo!
ResponderEliminar¡Qué poeta, César Vallejo!
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