Cohabito con un oscuro animal.
Lo que hago de día, de noche me lo come.
Lo qué hago de noche, de día me lo come.
Lo único que no me come es la memoria. Se encarniza en palpar hasta el
más chico de mis errores y mis miedos.
No lo dejo dormir.
Soy su oscuro animal
Evidentemente, no somos solo UNO. Vivimos en una eterna lucha (o enamoramiento) con nuestro OTRO. Así somos, así vivimos. Muy lindo tu blog. Un abrazo
ResponderEliminargracias por los elogios, por supuesto que somos muchos, por lo tanto esta bueno juntarnos , nutrirnos y compartir textos tan bellos como los de Gelman
ResponderEliminarun abrazo